El camino de la misericordia

El misionero laico Pedro Cano se pregunta: “¿Se ceba la desgracia
en Haití o es víctima Haití de la vulnerabilidad que conlleva la pobreza
lo cual la hace más susceptible de caer en la desgracia?”

    27 nov 2016 / 11:23 H.

    El domingo pasado en Roma el Papa Francisco clausuró el Año de la Misericordia y publicó una carta apostólica que nos anima a seguir siendo misericordiosos.

    La Carta Apostólica que puede leerse íntegramente en: Carta Apostólica Misericordia et misera www.vatican.va comienza recordando la escena de Jesús y la adúltera para afirmar que “la misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio”.

    Señala el Papa además que, “ahora, concluido este Jubileo, es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina”. El Papa ha valorado el servicio prestado por los Misioneros de la Misericordia, a los que da las gracias, y ha querido que este ministerio extraordinario “se prolongue todavía, hasta nueva disposición, como signo concreto de que la gracia del Jubileo siga siendo viva y eficaz, a lo largo y ancho del mundo”. Hoy os compartimos la experiencia de un compañero nuestro, misionero laico en la frontera entre Haití y República Dominicana. Él expresa con su testimonio ese amor misericordioso del Padre:

    “En un año donde los conflictos en Siria, en la frontera colombo-venezolana y en México-Estados Unidos nos han mostrado el sufrimiento de los refugiados, desplazados y repatriados, yo quería mostrarles la realidad de miles de personas en la frontera dominico-haitiana que se concentran en campos de refugiados esperando una respuesta que nunca llega. Actualmente, unas 4.000 personas intentan buscar en los cuatro campos de refugiados y desplazados que se están formando un futuro mejor para ellos y sus familias, huyendo de la pobreza y la falta de alimentos. Muchos son víctimas de deportaciones por las políticas migratorias en República Dominicana, aunque la mayoría son desplazados internos del propio Haití en busca de una oportunidad para salir de la pobreza. Muchos de nosotros nos preguntamos cómo es posible que todas las desgracias se ceben siempre con Haití... No tengo la respuesta, pero creo que algo tiene que ser debido a que Haití sea el país más pobre de América Latina y del Caribe, que sea el cuarto país más desigual del mundo, algo debe influir que la media de pobreza en el país este entre el 70 y el 80%, que esté deforestado en un 98%, la mayoría de las casas sean de palo, con techos de zinc o de palma, muchas casas se hagan en zonas de pendiente, que tenga -1 médico por cada 10.000 habitantes, que el 57% tenga letrinas y un 23% no tenga ni un agujero en el patio de la casa, que solo 1 de cada 8 viviendas tenga agua en la vivienda o cerca de ella ... y que las ayudas humanitarias que siempre se prometen nunca lleguen o siempre lo hagan en torno a un 40% de lo que se promete.

    Entonces mi pregunta para todos y todas los que me leen sería, ¿se ceba la desgracia en Haití? o ¿es victima Haití de la vulnerabilidad que conlleva la pobreza lo cual la hace más susceptible de caer en la desgracia?

    Como misioneros, debemos salir a un encuentro cargado de humanidad con nuestros hermanos que más sufren, y pedir a los estados implementar medidas para que la protección de las personas, y sus derechos, se hagan realidad. Sin embargo, todas las acciones que se tomen no serán suficientes si no se fomenta una cultura de la acogida y del respeto que impregne a toda la sociedad y lleve a relaciones equitativas y justas para cualquier persona, con independencia de su origen social, étnico o nacional.

    la vida en
    la frontera
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    Desde el 2012 la asociación misionera Ocasha está presente en este proyecto apoyando a la población más vulnerable.

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