Colectiva para Montiján

Alcalá la Real acoge la exposición Estandarte para una conquista, con una técnica de óleo y acrílico con una composición que está plenamente repleta de reduccionismo simbólico

10 nov 2019 / 12:25 H.

En Alcalá la Real, la personalidad humana y artística de Lola Montijano siempre ha ayudado al dinamismo y promoción de muchos artistas. Durante estos días de otoño, preside la exposición con un Estandarte para una conquista, que con una técnica de óleo y acrílico, ha elegido como un emblema de su elenco de pintura gracias al vigor de su colorido y a una composición plenamente repleta del reduccionismo simbólico. Junto a su obra, el retrato de Lola manos de Pepe Sánchez, profundiza en una sinfonía de colores en consonancia con la homenajeada. En el Aula Magna gracias a la labor de los comisarios y pintores Sebastián Rosales y Federico Barquero, se asiste a una antología de muestras artísticas de nuestro entorno, predominando los pintores locales desde las generaciones que principian su cursus artístico hasta los que dejaron su huella en muchos rincones de las dos provincias andaluzas. Este es el caso del autodidacta Krispinano que nos recoge un paisaje andaluz de un cortijo entre olivos, con un sello de autenticidad y de y expresividad rotunda en el tratamiento del color y composición apropiada de las masas.

Su hija María José ofrece seis cuadros y nos recuerda en su obra sus estudios en las formas kinestésicas en sus seis teselas del mosaico del Desierto de Sahara. El comisario Rosales destaca con “Los sueños y la vida”, una expresión onírica de un mundo de imágenes y de acontecimientos envueltos en trazos delicados, haces de luz, y en la gama de gradación de colores dulces que difuminan sentimientos amables y de pasión por la vida. Se acercan a la sala expositiva nuevas generaciones y nuevos aires de la mano de Noelia Cuenca con un tratamiento atrevido del retrato de Rocío en nuevas formas de expresión gestuales. Isabel Padilla conforma el espacio arquitectónico del hotel “Victoria” con una se abre el espacio entre las dos perspectivas, vertical y horizontal, y la reducción de la esencia de la mancha y color. Rafaela Arjona nos sorprende con el tratamiento de sus grifos y tenantes, que denotan un tratamiento clásico. María Ángeles Jiménez, aunque procede del mundo de la acuarela, no sorprende con un conseguido óleo de Dulcinea. La profesora Carmen Montoya se inclina con una interpretación feminista “Natura “dentro de su una reinterpretación moderna de la mujer boticelliana. Antonieta Castro es otra pintora alcalaína que acaricia el intimismo y resalta su feminidad en el tratamiento de las formas.

Entre los maestros alcalaínos, el relato lo abre la familia Moreno: Juanma con su “Niño-Dios aprieta pero no ahoga”, una nueva interpretación de su sobrino Adriano elevándolo a una cosmovisión de la relación del hombre y la naturaleza con un buen complemento entre el color del personaje y el fondo; por su parte, su tío Vicente Moreno continua con su “Naturaleza pensándose a sí misma” en acrílico sobre tabla un discurso de interpretación social del mundo rural y el medio ambiente en consonancia con los matices del verdes, azul, blanco y negro y la integración del colectivo humano. Antonio Manuel Ramírez, nuestro “Epi” le ofrece a Lola un óleo sobre Cartón, con el título de “San Juan”, un juego de movimiento dancístico de formas humanas, muy completadas entre el color y las líneas ondulantes, jugando con las convexidades y concavidades de las figuras humanas. Federico Barquero, nuestras su carácter bifronte en el tratamiento de los temas con su obra tratamiento del color y las formas geométricas y la reutilización de materiales para fines artísticos. Antonio Campaña se mantiene en la línea entre el tánatos y el eros, en medio de una excelente composición tratamiento del color. Paco Carmona sorprende con sus atrevidos y esquemas del tratamiento del color de la bella simplicidad acercándose al cartel. Entre los jiennense, Gaspar Cortés se manifiesta en su nueva línea de figuración y abstracción desgarradas dentro de expresionismo figurativo. José Cortés presenta un paisaje jiennense de expresionismo matérico, a la que imprime su sello personal del color y juego de las masas. Manuel Kayser ofrece otro paisaje de nuestra tierra, con una gradación de verdes y azules con la que caracteriza la armonía de las sierras y altiplanicies jienenses en su óleo “Brumas”.

De Granada, la lámpara maravillosa de Juan García sorprende por la fuerza de la expresión de la intuición estética entre el amor la renuncia y quietud. Teresa Ortega, con Los infiernos del sexo, recrea en técnica mixta sobre lienzo un cuadro de compromiso. Carlos Villalobos sus dos dibujos y acuarelas, titulados Ah ontar, son muestran el movimiento de la naturaleza con unos paisajes sobre papel y de bello efecto compositivo. En cuanto Manuel Vela, alcalaíno y afincado en Granada, su reducción geométrica del paisaje ha quedado reflejada en sus formas eslabonadas de la obra presentada dentro la gama de rojas y azueles. El malagueño Jesús Conde, afincado en Granada, nos muestra bellos rincones andalusíes con unos entornos de excelente ilustración pictórica. Entre Jaén y Granada, la doctora Carmen Bermúdez presento un bello desnudo de mujer con un escorzo atrevido y compositivo y el rostro. La participación extranjera se complementa con la participación de Teiko Mor, compañera de Lola Montijano en el Grupo Q con su “Quiromancia”, un aguafuerte en relieve, de clara influencia oriental. Zentage ofrece su método con la colaboración de Annie Taylor y su taller de Raquel Ortega, Beatriz Aguilera, Marise Navarro, Adela Castillo, Pastora Garrido y Aurora Molina. No solo destaca la individualidad de la creación artística de los participantes al homenaje de Lola Montijano, sino el acierto de formar un conjunto sobresaliente, en el que, según el alcalde Marino Aguilera, se demuestra la capacidad y tradición creativa de Alcalá la Real a la que se suman los pintores de Granada y Jaén.