Baeza y el maestro Ávila

Su figura ha estado en la mente de los baezanos desde el mismo momento en el que fue nombrado patrono, en 1539, para hacerse cargo de la Universidad

13 oct 2019 / 11:50 H.

Para un cronista de su ciudad son difícilmente soslayables —por notorios— ciertos acontecimientos que tienen vigencia en su población. Uno de ellos, sin lugar a dudas, es la inauguración oficial del Año Jubilar Avilista, que tuvo lugar el pasado día 10 de mayo con la presencia del clero diocesano encabezado por el obispo, Amadeo Rodríguez y por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez. Ese día se conmemoraba el 450 aniversario del fallecimiento del Santo en Montilla. El acto solemne se llevó a cabo en la antigua Universidad, en su capilla de San Juan Evangelista y en la iglesia Catedral con apertura de la Puerta Santa fijada en la de la Natividad y posterior misa concelebrada. El jubileo o año sagrado permite a los fieles católicos obtener indulgencia plenaria de sus pecados si cumplen con lo establecido por la Santa Sede en la normativa de aprobación. Este jubileo obtenido a propuesta de la diócesis de Jaén tiene una dimensión religiosa muy importante que se ve acompañada por la dimensión social, cultural y turística pues qué duda cabe que la Iglesia tiene una enorme proyección que facilitará la llegada de peregrinos para obtener el jubileo. Hace unos días tenía conocimiento de la sorpresa que se llevaron unos baezanos al ver el cartel de este acontecimiento en la puerta del claustro de la iglesia de San Carlos de las cuatro fuentes en Roma.

Juan de Ávila. Su figura (Almodóvar del Campo, 1500-Montilla, 1569) ha estado en la mente de los baezanos desde el mismo momento en que fue nombrado patrono, en 1539, para hacerse cargo del Colegio que habría de convertirse en la Universidad de la Santísima Trinidad. Vino por encargo del fundador, el baezano Rodrigo López. Fue un personaje clave en el desarrollo de aquel centro y al que le imprimió su sello cargado de amor de Dios y austeridad. Durante más de 20 años dirigió la Universidad. Era de origen judeoconverso y estudió Derecho en Salamanca y Teología en Alcalá, en 1526 fue ordenado sacerdote. Participaba del ambiente reformista que había en aquella universidad. Era un gran predicador y sus sermones tenían una gran fuerza catequética que proyectó a sus discípulos, fue conocido como “el apóstol de Andalucía”. Hizo de la universidad baezana un verdadero centro de formación del clero, asunto este muy necesario pues en aquella época aún no se habían creado los seminarios diocesanos. Tenía un espíritu evangélico que buscó la significación del sacerdocio. No es raro por esto que en 1946 la iglesia lo proclamara patrón del clero diocesano. Escribió muchas de sus homilías y orientaciones a los cristianos. En concreto, su libro “Audi filia” que dentro de la mística española del siglo XVI, puede considerarse como uno de los primeros tratados, en lengua castellana, sobre el camino de perfección a la que es llamado todo fiel cristiano. El Maestro Ávila lo escribe para dar respuesta a numerosas personas que ansiaban y pedían una orientación en el camino de la vida espiritual, especialmente de Sancha Carrillo, de Écija.

Es el documento maìs caracteriìstico del maestro Aìvila, que resume toda su enseñanza y refleja su misma vida. Se sabe que Felipe II, lo tenía en gran estima, lo leía y se valía de él en sus enfermedades y dolores; decía que “era todo grano y que en él estaba toda nuestra santa fe y era importantísimo para las almas.” La Iglesia lo ha reconocido de manera notable, aunque avanzando el tiempo, pues su beatificación no fue hasta 1894, la canonización la hizo Pablo VI en 1970, y por último, el papa Benedicto XVI lo tituló Doctor de la Iglesia universal en el año 2012. El tapiz que se colocó en San Pedro del Vaticano el 7 de octubre para el acto solemne de concesión del doctorado, pintado por el italiano Tonino Conti, fue cedido por la Conferencia Episcopal a la diócesis de Jaén y se halla expuesto en la capilla de la antigua universidad. Digamos que de un tiempo a esta parte se está ensalzando de manera más precisa y amplia la obra del santo. En la diócesis, el presidente de la Comisión prodoctorado fue el actual Deán de la catedral y Vicario General de la diócesis, don Francisco Juan Martínez Rojas, que no es ajeno a estos acontecimientos.

Reconocimientos y difusión de su vida y obra. En nuestra ciudad bien por parte del Ayuntamiento, bien por la Iglesia, la Universidad de Jaén o la UNIA, la Agrupación de Cofradías, el Instituto “Santísima Trinidad” u otras personas han colaborado en su reconocimiento para a dar noticia de la vida y la obra de este gran personaje vinculado con Baeza. En este sentido hay que recordar que ya en 1947 el Ayuntamiento le dedicó la calle en la que se levanta la antigua Universidad, hoy Instituto. Eso sí con la denominación de Beato hasta que Pablo VI lo hizo Santo y se cambió a la actual “San Juan de Ávila”. El nombre de Beato se hizo muy popular entre los baezanos, especialmente entre los estudiantes de bachillerato por la elevación de un internado en la calle Alcalá, número 1, al que se le dio esa denominación y que tuvo su desarrollo en la década de los sesenta y setenta del pasado siglo. Hay todo un catálogo de vivencias de todo tipo de aquellos estudiantes residentes, venidos de pueblos de Jaén. Muchas de ellas relacionadas con la austeridad y los fríos invernales más propios de los años del Santo que del último tercio del siglo XX. Algunas han sido relatadas con el gracejo y la ironía que le son propias por el escritor Juan Eslava Galán.

Ya en el año 2009 con motivo del 470 aniversario de la llegada del Maestro a Baeza, el Ayuntamiento impulsó un homenaje con una amplia programación de ciclos de conferencias en los que intervinieron notables especialistas o la publicación de “Cuadernos de pupitre” en la que los escolares de la ciudad nos acercaban la figura de Ávila. A ello se unió el encargo de un gran tondo en bronce, en bajo relieve, al escultor granadino Ramiro Megías y que luce en la pared contigua al Paraninfo. Se organizó una visita al santuario de Montilla donde reposan los restos del Santo. Hay que reconocer que en la última década se ha hecho más en nuestra ciudad por dar a conocer esta figura que en los últimos cien años. Bien es verdad que la oportunidad del nombramiento como Doctor de la Iglesia Universal en 2012 ha estado presente en todos los actos desarrollados en torno a esa fecha. Por ejemplo, la excelente exposición “Juan de Ávila: el Maestro y su tiempo” que se celebró en el Ayuntamiento en 2013 y que fue comisariada por el Deán Francisco Juan Martínez y la catedrática María Dolores Rincón. Muestra organizada por el Obispado, la Universidad y el Ayuntamiento, lo que nos dice que la unión institucional da buenos frutos en estos menesteres como el catálogo que se editó para la ocasión. En ese mismo periodo se creó la Ruta Avilista por Baeza que atrajo a numerosos visitantes. El Archivo Histórico Municipal también aportó su grano de arena con la organización de la exposición “La Baeza del Maestro Ávila (1500-1569)” y que abrió sus puertas durante seis meses. Otra actividad elocuente fue la programación de una obra de teatro sobre este tema. Ya en 2017 la Catedral le dedicó una capilla decorándola con un retablo en el que el tema central es una hermosa pintura de Francisco Huete con una composición idealizada del Santo arrodillado ante la imagen de la Virgen en el propio templo.

450 aniversario de su muerte. Este año de 2019 está siendo más solemne pues al jubileo se le añade la organización de un importante congreso internacional bajo el título “Juan de Ávila, 450 años después: nuevos enfoques” que en septiembre se ha desarrollado en la UNIA impulsos de María Dolores Rincón. La celebración del Corpus ha permitido visualizar el apoyo de las cofradías baezanas a esta celebración haciendo visible la reproducción de pinturas dedicadas al Santo como es la compuesta en 1746 por el pintor francés Pierre Subleyras o la exposición pública de pequeñas reliquias cedidas por el Obispo de Córdoba a las cofradías de las Escuelas o del Cristo de la Yedra. La nueva entrega de arquitectura efímera dedicada a la Puerta de la Luna de la Catedral e instalada en la calle San Pablo se coronaba con el nombre del Maestro Ávila. El propio Ayuntamiento ha promovido un nuevo espacio expositivo permanente en el Museo de la ciudad dedicado a “Las escuelas y Universidad de la Santísima Trinidad en el siglo XVI” que tiene como finalidad dar a conocer la figura del Patrono, la Universidad con los profesores notables de aquel tiempo y la organización académica en su conjunto en el contexto de la ciudad. El proyecto se ha desarrollado a iniciativa del sacerdote e investigador Manuel Galiano con la intervención del fotógrafo Pedro Narváez y del que esto escribe. En definitiva, es una buena ocasión para aproximarse al personaje y a su obra que tiene una trascendencia universal.