Alcalá la Real, provincia
de Granada
El municipio era complicado de situar entre los antiguos reinos de Jaén, Granada, en incluso, Córdoba, pero, con los Borbones, Alcalá la Real se integró dentro de la provincia jiennense
El término de Alcalá la Real se integró en unidades superiores a su territorio municipal como los de abadía, corregimiento, de la Sierra Sur o partido judicial. Por eso, es curioso que siempre ofreciera un carácter independiente, difícil de situar entre los antiguos reinos de Jaén, Granada e, incluso, de Córdoba. No obstante desde la llegada de los Austrias la tendencia fue cada más propensa a ubicarse dentro del reino de Jaén, con grandes reticencias desde el punto de administrativo y hacendístico por parte de Alcalá la Real. Finalmente, con los Borbones el término de Alcalá la Real se integró en el reino de Jaén, encuadrado en la Intendencia de la futura provincia. Y esta división quedó ratificada en forma de provincia e islas y con la adscripción y pertenencia de Alcalá la Real a la provincia de Jaén en la división territorial que promulgó en 1833 el secretario motrileño de Estado Javier de Burgos. Desde esta distribución en provincial, no han cambiado ni capitales ni las demarcaciones supramunicipales salvo algún momento histórico. Sin embargo, debemos destacar que la integración en la provincia y reino de Granada no fue una cosa esporádica, sino que en algunos terrenos como el judicial, militar y, no digamos, el sanitario o comercial era más proclive por parte de los vecinos alcalaínos. Y fue una realidad en la Guerra Civil, a partir del año 1936, cuando el término se dividió con motivo de ser frontera entre los territorios de los republicanos y tropas de Queipo de Llano. Se estableció una línea divisoria que desde la Hortichuela, bajando por la Caserías, Puertollano, Charilla y Santa Ana, como campo de nadie, dio lugar a que se formaran dos Alcalá: una perteneciente a Jaén y otra a Granada. La primera estableció una comisión gestora municipal, al frente de la cual estaba el socialista Salvador Frías, y estaba constituida por miembros pertenecientes al PSOE y PCE y el sindicato de la UGT, representantes de todas las sociedades obreras de cada aldea y la CNT En estas circunstancias, por cierto, como terreno perteneciente a la provincia de Jaén y formando parte del resto de la provincia, el ayuntamiento sólo figuró como un órgano puramente testimonial de las fuerzas políticas, pues la guerra en una situación tan delicada que impedía cualquier reactivación de la vida municipal. No obstante, se percibe una economía mixta entre liberal y social, una preocupación por la honradez en la recaudación. Su sede cambió según los escenarios de guerra. Se ubicó al principio en la aldea de la Ribera Alta, luego en la Hoya de Charilla, para finalmente establecerse en la Rábita hasta los primeros meses del 1939. No se surtía de muchos recursos sino de los emanados de la imposición agrícola y, aún más se veía obligado a exportar productos de esta tierra a otros lugares gobernados por la república. Por la otra parte, se formó un ayuntamiento, que presidió durante algunos días, un comisario político nombrado por las fuerzas militares que ocuparon la ciudad de Alcalá el 30 de septiembre de 1936, donde establecieron la sede del ayuntamiento. Esta parte del territorio dependió, durante estos años de guerra, de la provincia de Granada. Tanto la labor hacendística, como la religiosa, o gubernativa se regían por las órdenes emanadas de las autoridades granadinas. También los nombramientos de autoridades civiles, eclesiásticas y militares dependían de Granada y, en su mayoría, fueron granadinos los delegados gubernativos, los jefes de las tropas y los sacerdotes, que eran también capellanes militares. Muestra de todo ello era lo referente a la publicación del Boletín Oficial de la provincia, donde Alcalá figuraba como un municipio de Granada. Muy curioso es el día que Alcalá la Real publicaba la propuesta del presupuesto para el año 1938, y se le incautaban los bienes al alcalde republicano Pablo Batmala Laloya, tras ser condenado a muerte y posteriormente ser ejecutado, Vanos fueron los intentos de su salvación, pudieron otras razones. si así se le puede denominar, a no ser sinrazones injustas En esta zona, destaca también la presencia de un Delegado Gubernativo, que poco a poco va constituir un ente ficticio enmarcado dentro de lo que quedó de provincia de Jaén con la zona de Porcuna. Este delegado gubernativo se mantuvo durante varios años después y llegó a tener tanta influencia como los alcaldes. En esta zona lo fue Esteban Gutiérrez, antiguo republicano de derechas, que se integró en el movimiento nacional al tomar la ciudad las tropas franquistas. Posteriormente, lo fueron Francisco Santiago Sampelayo y Miguel Siles Benavides hasta 1939. Los terrenos administrados eran la zona del ruedo de Alcalá la Real, La Pedriza, Valdegranada, Ermita Nueva, Cantera Blanca y Santa Ana. Muchas de las medidas se encuadraban dentro del nuevo régimen: desde la limpieza ideológica y administrativa de los afectos a la República, hasta una férrea economía antiliberal, autárquica y controladora de los productos para evitar el estraperlo, pasando por establecer el nacionalcatolicismo.