La falta de combustible y alimentos golpea a La Paz

Mercados desabastecidos, precios desorbitados y gasolineras cerradas

20 nov 2019 / 08:57 H.
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La Paz está sufriendo ya escasez de combustibles y algunos alimentos debido a los bloqueos de carreteras concebidos, en varias zonas de Bolivia, por los seguidores de Evo Morales. El llamamiento de los manifestantes, muchos de ellos campesinos y obreros, a cercar la capital, en protesta por la renuncia del líder indígena y su posterior exilio está comenzando a hacer mella. “No hay combustible”, dice el taxista Juan Carlos Álvarez, señalando el medidor de gasolina en el panel de su automóvil, que marca menos del 10 por ciento de la capacidad del tanque. “En cuanto se me acabe, ya no voy a tener ingresos. Habrá que esperar nomás, pero tengo ahorrado quizás unos 1.000 bolivianos (unos 130 euros, al cambio) y con eso sobrevivimos en mi casa apenas una semana”, comenta el taxista, que cree que los paceños van a comenzar a impacientarse si siguen los bloqueos. “Si estoy unos cuantos días sin trabajar, obviamente hay que empezar a protestar, y que el Gobierno ya ponga una solución. Esto ya no es solamente un problema político. Afecta a toda la población. Y toda la población no vive de política. Además, los precios de muchos productos han subido, debido a la escasez”, subraya.

Los chóferes de La Paz reportaron pérdidas de 60 millones de bolivianos (unos 7,8 millones de euros) en las últimas tres semanas, debido a huelgas, paros, y bloqueos, antes protagonizados por los opositores a Morales, y, desde hace una semana, por sus seguidores. El 80 por ciento de los vehículos no están trabajando, según datos del sindicato local. Parte de las gasolineras de la capital están cerradas, y en las que continúan abiertas se producen grandes filas. Comienza a haber un grave problema, también, de basura en la calle, dado que los camiones recolectores tampoco tienen combustible suficiente. La alcaldía está ejecutando un plan de emergencia, dando prioridad a la recogida en zonas de alto riesgo de infecciones, como los mercados.

El foco del desabastecimiento es la planta de Senkata, situada en la ciudad de El Alto, bastión de Morales, y sitiada desde hace días por seguidores del expresidente, que no permiten la salida de ningún camión cisterna. “Han hecho despertar al león dormido que somos los alteños. Ya nos metieron bala en la guerra del gas, en 2003, y resistimos. Ahora métannos balas de vuelta, que vamos a ofrendar nuestras vidas. Yo, la mía si es posible. No tengo miedo porque amo a Bolivia. Queremos la renuncia inmediata de la presidenta interina, Jeanine Áñez, y, si se da, este bloqueo se levanta ya nomás”, señala Jesús Callocusi, en el bloqueo frente a la planta de hidrocarburos.

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