Juan Guaidó no descarta el diálogo en Venezuela

Plantea que la oposición vuelva a acudir con un candidato único en caso de elecciones presidenciales

15 ene 2021 / 09:37 H.
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Cuando Juan Guaidó se proclamó “presidente encargado” de Venezuela en enero de 2019, se marcó como objetivo la convocatoria de elecciones. Casi dos años después, el Gobierno de Nicolás Maduro mantiene en marcha su maquinaria y Guaidó sigue marcándose las urnas como meta, para lo cual ve necesario una concatenación de factores que pasan por la “presión” y la “movilización” y en la que el diálogo no se descarta, siempre y cuando no sea “un fin en sí mismo”. Guaidó lidera lo que él mismo denomina un “Parlamento de resistencia”, una Asamblea Nacional que a ojos del chavismo dejó de existir el 5 de enero pero que, para la oposición, sigue siendo el único órgano legítimo del país ante los sucesivos “fraudes” electorales: presidenciales en 2018 y parlamentarias el 6 de diciembre de 2020.

Maduro “secuestra las instituciones”, lamenta Guaidó en una entrevista a Europa Press desde Venezuela, país que no quiere abandonar “de ninguna manera” a pesar de que él mismo reconoce que “el riesgo es constante” y que el chavismo no lanza “amenazas vacías”, como habría quedado de manifiesto en estos últimos años con la detención de diputados.

Guaidó insiste en que la “dictadura” de Maduro incurre en “usurpación”, hasta el punto de que equipara al mandatario con sátrapas como el libio Muamar Gadafi y el argentino Jorge Rafael Videla e incluso con Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, narcotraficante mexicano. “Se aleja de la realidad venezolana”, apunta.

Guaidó, que en 2019 fue reconocido por medio centenar de países, entre ellos España, en su condición de ‘presidente encargado’, mantiene que el respaldo internacional no le llega a él a titulo personal, sino a la “causa democrática”, asumiendo con “meridiana claridad” que los últimos procesos electorales no cumplieron unas mínimas garantías. Así lo entienden también Estados Unidos y la Unión Europea, aunque en el caso de este último bloque la decisión final sobre el estatus que se le concede a Guaidó compete a cada uno de los Veintisiete Estados miembro. El Gobierno español evita ahora hablar de presidente al referirse a Guaidó, si bien le da “reconocimiento político” y le considera el “representante” de quienes apuestan por una transición. Guaidó evita cuestionar este tipo de posicionamientos y sostiene que el “reto” sigue siendo la “solución política”, entendiendo como tal la celebración de elecciones “libres y justas”. “No podemos permitir la normalización de la crisis”, añade, haciendo un repaso de emergencias que van desde lo social a lo económico, pasando por lo político. La oposición asume que “Maduro no quiere una elección”, para lo cual plantea una “constante lucha”, de tal forma que se vea “forzado” a sacar las urnas. Para ello, Guaidó lanza un marco de múltiples vías y que incluye una movilización interna, la adopción de sanciones internacionales y la oferta de “alternativas”, también para los que a día de hoy siguen apoyando a Maduro.

“Su entorno sabe que (la situación actual) tampoco es solución para ellos”, señala, antes de afirmar que “todos los mecanismos han sido y son utilizados en Venezuela” para resolver el actual “impasse”. Preguntado expresamente por el diálogo, Guaidó no lo descarta, aunque “solo si aproxima a la solución”.

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