El espíritu de 1918, resucita

El presidente francés recuerda con emoción el armisticio de la I Guerra Mundial

12 nov 2018 / 09:13 H.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recordó a los caídos en la I Guerra Mundial en un emotivo discurso para conmemorar el centenario del armisticio, pronunciado ante el Arco del Triunfo, en presencia de unos setenta jefes de Estado y de Gobierno. Homenajeó a los fallecidos en combate, en un conflicto que transformó la historia, y destacó que el nacionalismo “es la antítesis y la traición del patriotismo”.

“El 11 de noviembre de 1918, a las 11 de la mañana, hace cien años, en París como en toda Francia, sonaron las cornetas y sonaron las campanas”, comenzó Macron en recuerdo del momento exacto de la entrada en vigor del Armisticio, “el final de cuatro largos y terribles años en los que, solo en suelo francés, fueron disparados mil millones de proyectiles.

Uno de los momentos más destacados del discurso llegó cuando Macron dedicó parte de su mensaje a condenar el ascenso del nacionalismo en Europa, que describió como “la antítesis y una traición del patriotismo”. “La lección no puede ser rencor y resentimiento hacia otras naciones, ni olvido del pasado”, proclamó.

Macron expresó su temor a que “resurjan los viejos demonios y nuevas ideologías que manipulan las religiones”. “La historia amenaza con retomar un trágico rumbo en este día de aniversario, donde renovamos nuestra fidelidad eterna a nuestros caídos”, detalló el mandatario. “Debemos reafirmar a la gente nuestra inmensa responsabilidad, transmitir a nuestros hijos el mundo que las generaciones anteriores han soñado. Nuestro mundo está en los albores de una nueva era, en el amanecer de una civilización que debe guiar las facultades de la Humanidad a lo más alto”, añadió.

Macron abandonó el escenario de la solemne convocatoria internacional antes de que prosiguiera la ceremonia, con un marcado carácter musical. Destacó una canción interpretada por la artista beninesa Angélique Kidjo y el violonchelista francoestadounidense de origen chino Yo Yo Ma, con la suite número 5 del compositor alemán Johann Sebastian Bach, seguida de una interpretación del célebre “Bolero de Ravel”, justo después del discurso del presidente.