El “brexit” dinamita a un laborismo en guerra para hacer caer al líder
Jeremy Corbyn se enfrenta a una cadena de dimisiones en su propio equipo
La onda expansiva de la salida de Reino Unido de la Unión Europea ha dinamitado la endeble estabilidad de un Partido Laborista que nunca se ha mostrado cómodo con su líder, Jeremy Corbyn, quien afronta un desafío abierto a su continuidad en un contexto de profunda incertidumbre institucional ante las incógnitas del nuevo encaje británico en el continente y el complejo rompecabezas de articular un nuevo armazón normativo que elimine la huella de 43 años de legislación comunitaria.
En paralelo a la batalla por el timón conservador abierta oficialmente por el primer ministro, David Cameron, la guerra por el control interno del Laborismo arrancó con una cadena de dimisiones como consecuencia de las dudas de la gestión de Corbyn durante una campaña del referéndum que, finalmente, no logró movilizar a su electorado natural, lo que condujo a Reino Unido a la puerta de salida por un margen de apenas cuatro puntos. La falta de confianza no solo en un grupo parlamentario que nunca había aceptado su ascenso de buen grado, sino en su propio equipo, ha conducido ahora, una vez confirmado un divorcio de la UE al que el Laborismo se oponía oficialmente, a un contraataque para forzar su caída. La estrategia está basada en una sucesión de renuncias que aspiran a forzar la defenestración de un dirigente que, aunque en septiembre de 2015 había asumido el bastón de mando con reticencia, ahora manifiesta estar resuelto a continuar. Los responsables de Sanidad, Heidi Alexander; de Juventud y Registro Electoral, Gloria del Piero; de Transporte, Lilian Greenwood; o de Educación, Lucy Powell; o de Asuntos Escoceses, Ian Murray, entre otros, ya han manifestado su marcha. La primera bala, no obstante, había partido de la trinchera del propio Corbyn, quien esta madrugada cesaba al portavoz de Exteriores, Hilary Benn, una influyente voz en el partido desde los años de Tony Blair y Gordon Brown, por las dudas expresadas sobre su capacitación como líder. Su despido ha animado a otros integrantes del denominado “gobierno en la sombra” a reaccionar para deshacerse de un dirigente venerado por las bases, pero severamente cuestionado por el aparato orgánico y por el propio equipo con el que debería gobernar si el Laborismo se hiciese con el poder.
El jefe de gabinete de la canciller alemana, Angela Merkel, Peter Altmaier, matizó sus recientes declaraciones en las que pedía margen para que la clase política británica “repensara” el ‘Brexit’ y argumentó que se refería a repensar las consecuencias económicas del “brexit”, no el “brexit” como tal. “Los políticos de Londres deberían tomarse su tiempo para reconsiderar las consecuencias de la decisión del ‘brexit”, dijo.
El ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, reconoció que el Gobierno británico “estará menos capacitado para proteger los intereses de Gibraltar” si finalmente culmina el proceso de separación de la Unión Europea. “Cualquier interrupción del flujo de trabajadores podría arruinar su economía”, explicó el ministro británico. “Por supuesto que podemos defender el territorio gibraltareño, pero depende de miles y miles de trabajadores españoles que cruzan la frontera cada día”, añadió.
El dirigente del ultraderechista austriaco Partido de la Libertad Norbert Hofer advirtió de que podría celebrarse un referéndum sobre la pertenencia de Austria a la Unión Europea en el plazo de un año si se producen nuevas intentonas de “centralización” desde Bruselas.
Un diputado del Partido Conservador y destacado activista por el “brexit”, Liam Fox, planteó la fecha del 1 de enero de 2019 como objetivo para la salida efectiva de Reino Unido de la UE tras la victoria de esta opción en el referéndum del pasado jueves. “Por lo que a mi respecta, lo que queremos es que el proceso lleve a la salida de la Unión Europea para el primero de enero de 2019. A mí me parece un plazo razonable”, ha afirmado Fox en declaraciones a la cadena BBC. Tras la victoria del ‘Brexit’, el primer ministro David Cameron, anunció su dimisión efectiva para octubre, fecha en la que también remitiría la carta a Bruselas para activar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa para la salida del bloque comunitario. Sin embargo, destacadas voces de la UE incluidas las de los seis países fundadores de lo que se convirtió en la UE, que han pedido que el proceso de salida comience “lo antes posible”.
Por otro lado, el primer ministro francés, Manuel Valls, pidió que la UE deje de ser “quisquillosa” y “entrometida” tras la decisión de los británicos en referéndum de abandonar la UE. “Debemos poner fin a esta Europa triste y quisquillosa. Es demasiado habitual que se entrometa en los detalles y esté escandalosamente ausente de lo esencial. Tenemos que romper con el dogma de más Europa. Europa debe actuar cuando es útil y pertinente”, concluyó.