El asesinato de Jo Cox apunta el debate hacia la inmigración
El vínculo establecido entre el crimen de la diputada laborista Jo Cox y posicionamientos de extrema derecha y cierre de fronteras ha elevado al extremo uno de los factores que podría decantar el referéndum sobre la continuidad de Reino Unido en la Unión Europea: la inmigración, y ha “tamizado” los argumentos más gruesos y simplistas en favor de un debate más profundo. El apoyo claro de la parlamentaria asesinada a los derechos de la población foránea, tanto la comunitaria como la de fuera de los Veintiocho, junto a su reconocida militancia proeuropeísta se consolida como un elemento más de la campaña, puesto que el líder del UKIP y uno de los principales defensores del “Brexit”, Nigel Farage, ha acusado al primer ministro, David Cameron, de emplear el salvaje ataque a favor del bando de la permanencia.
La constatación que empieza a tomar forma en las encuestas de que la tragedia pesaría en el imaginario del votante ha puesto en alerta al frente a favor del divorcio, que ha reconocido por medio de Farage que el “impulso” que habían experimentado hasta entonces ha quedado interrumpido. La subida de temperatura de la campaña fue pareja a la del aumento de protagonismo del factor inmigración.