Bruselas renuncia al reparto obligatorio de los refugiados

La Comisión plantea una solidaridad “flexible” que añade a la reubicación

24 sep 2020 / 11:03 H.
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La Comisión Europea presentó ayer una propuesta para reformar la política de asilo y migración que aparca la idea de cuotas obligatorias para el reparto de la acogida de refugiados, pero plantea un sistema voluntario con varios niveles de solidaridad con los países con mayor presión migratoria y apuesta por reforzar la frontera exterior de la UE y agilizar las expulsiones de los migrantes que lo logren estatus de refugiado.

Las grandes diferencias entre los Estados miembro respecto a cómo gestionar la llegada de refugiados a la Unión Europea sigue enfrentando a las capitales, por lo que Bruselas se tomó más de un año de contactos bilaterales para tratar de superar las tensiones entre quienes reclaman un mecanismo de cuotas obligatorias para la acogida de los llegados, como España, y países que rechazan de plano esta alternativa, como Hungría, Polonia o Austria.

El resultado es una propuesta que defiende la necesidad de una política “solidaria” pero que se sustenta en el refuerzo de la frontera exterior —con más peso para la guardia de fronteras Frontex—, y en dar un impulso a la cooperación con países terceros y mejorar los procedimientos europeos para agilizar las expulsiones de los inmigrantes que no consigan obtener el estatus de refugiado.

Así, la reforma que defenderá la Comisión en las negociaciones con los Veintisiete apela a una solidaridad “sin excepciones” entre los Estados miembro, para lo que ofrece, sin embargo, un mecanismo con base voluntaria que permitirá a los países elegir entre varias “contribuciones flexibles”.

De este modo, cuando un país se enfrente a una presión migratoria que no pueda soportar se esperará de sus socios que respondan ofreciéndose a realojar en su territorio a parte de los demandantes de asilo, pero podrán también optar por otras formas de apoyo como “asumir la responsabilidad del retorno” de los que sean deportados, algo que Bruselas define como expulsiones “patrocinadas”.

La Comisión contempla varios escenarios en los que la solidaridad europea debería ponerse en marcha de manera más o menos intensa, desde la reubicación de demandantes de asilo rescatados en alta mar, con acogida voluntaria de otros países y un “mecanismo de corrección” para asegurarse que se atienden las necesidades.

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