Y, por fin, llegó la consejería

Como una “premonición” o porque, en realidad, sabía más de lo que podía contar, en la entrega de la primera edición del Premio Enrique Rodríguez que la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM) concedió a Felipe López, el presidente en funciones de la Diputación y secretario provincial del PSOE, Francisco Reyes, cerró su discurso alabando la carrera política del alcalaíno, su “visión municipalista” y una “capacidad, ganas e ilusión” con las que —garantizó—: “Su trayectoria seguro que no acabará como senador”. De este pronóstico no hace ni dos semanas todavía y, hoy, después de muchas quinielas en las que siempre apareció su nombre, el senador socialista prometerá el cargo como consejero de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía. El nombramiento del que, durante 15 años —entre 1995 y 2010—, fuera presidente de la Diputación de Jaén se produce solo dos días antes de su 61 cumpleaños y, según indicó a este periódico, lo vive como “un intenso honor y con una grandísima responsabilidad”. “Aunque, a veces, suene a tópico, somos servidores públicos. Nos dedicamos a esta vida que elegimos libremente. Trabajamos por tener la confianza de los ciudadanos y, si el partido forma gobierno y tienes la fortuna de que cuente contigo, es un honor”, valoró un político que jamás pasa desapercibido. Primero, por su imagen de gentleman indefectiblemente ligada a una histórica barba, modales refinados y a la gravedad de una voz que parece sentar cátedra cuando habla. Y, en segundo lugar, por una locuacidad que está sustentada en el conocimiento.
Funcionario y profesor de Secundaria en la especialidad de Pedagogía-Psicología, la andadura política de Felipe López es paralela al devenir de la democracia. En el año 1979, cuando se constituyeron los primeros ayuntamientos, se convirtió en concejal de Alcalá la Real, un municipio por el que —dicen quienes lo conocen— se ha desvivido, al igual que por una provincia que, durante años, se negó a abandonar a pesar de que nunca le faltaron ofertas para ocupar otros cargos.
En 1987, y durante dos mandatos, ejerció como alcalde de su pueblo. En el año 1993, asumió el acta de diputado en el Congreso y fue miembro de la Comisión de Infraestructuras, Agricultura y Control de RTVE. Y, en 1995, llegó su nombramiento como presidente de la Diputación. Estuvo a su frente durante tres lustros y dejó la impronta de una “magnífica labor” marcada en todo momento por la defensa de un municipalismo que entiende como base “insustituible del desarrollo de las sociedades democráticas”.
A principios de 2010, respondiendo a la llamada de su partido, López dejó la Diputación para convertirse en delegado del Gobierno andaluz en Jaén, un cargo en el que estuvo poco más de un año y medio hasta dar el salto al Senado. Desde 2011, ha sido portavoz del PSOE en la Comisión de Presupuestos de la Cámara Alta y, cuando parecía que este sería su último destino, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, pronunció su nombre ayer para comunicar al comité director del partido que López es su apuesta como consejero de Fomento y Vivienda. Un área con “retos muy importantes por delante”, como reconoció el socialista en declaraciones a este periódico. “Hemos vividos unos años en los que la capacidad de inversión de los gobiernos, en general, se ha visto reducida porque había menos recursos y, en Andalucía, se decidieron unas prioridades para preservar el Estado de Bienestar. Eso ha dejado menos espacio para la inversión, pero creo que las cosas irán mejorando las cosas”, indicó, optimista, no sin subrayar que hay que ser “muy selectivo” y que “la obra pública tiene que estar al servicio del desarrollo económico y de la generación de empleo”.

18 jun 2015 / 10:13 H.