Villatorres.- La 'ambición' de poder dinamita los pilares del PSOE

Nuria López Priego /Villargordo
Era la mano que manejaba los hilos del Ayuntamiento desde su escaño en la Diputación, pero los controvertidos movimientos de ficha y las discrepancias con su pupilo se tradujeron, el 22-M, en uno de los batacazos más sonoros en la historia del PSOE de Villatorres. Según vecinos y oposición, “el castigo no era para el partido, sino para Juan Antonio Expósito”.

    22 jun 2011 / 10:13 H.


    Dijo que se iba, que lo reclamaba su partido y que, tras dieciséis años como alcalde, era la hora de trabajar por el municipalismo jiennense desde un escaño en la Diputación. Además, asegura hoy que pensaba que había llegado el momento de un relevo en el seno del PSOE de Villatorres. Y, con estas certezas y saltando a un puesto político superior, el 7 de noviembre de 2008, cuando apenas pasaba un año y medio de su reelección como alcalde de Villatorres con una aplastante mayoría absoluta que “castigó” la moción de censura que IU y el PP le presentaron en la legislatura anterior, Juan Antonio Expósito cogió el bastón de mando del Ayuntamiento y se lo entregó a su sucesor en el cargo, Martín Lerma. Sin embargo, ni Expósito se fue del todo, ni se planteaba dejar de manejar los hilos de la política local de Villatorres, ni la supuesta renovación del partido había sido tan plácida como sugería la foto fija de la sesión plenaria. El PSOE local estaba más que dividido.
    La designación del número seis de la lista —Martín Lerma— como sustituto de Expósito al frente de la Alcaldía, dejando en la cuneta a cuatro concejales históricos, fue la primera carga de dinamita que se colocó en los cimientos del partido. Solo era cuestión de tiempo que aparecieran las consecuentes fisuras de la explosión y la principal víctima fue el sucesor, el propio Martín Lerma, que, recién llegado a la política —había aceptado el cargo como edil, en 2007, aunque siempre ha estado ligado al PSOE como militante—  y al poder local, se encontró solo. “Ha estado sin equipo de Gobierno”, señala el nuevo alcalde y líder de IU, Sebastián López. Ninguno de los cuatro concejales del PSOE que fueron arrinconados tras la designación de Lerma entregaron sus actas, pero —según indicó a este periódico un histórico del PSOE, que prefiere permanecer en el anonimato “no por cobardía, sino por responsabilidad”— abandonaron sus cargos y el neófito que pretendía ser un alcalde “digno” por encima de todas las cosas se vio, de golpe, gestionando Caminos y Servicios, Bienestar Social, a veces, también Festejos e, incluso, las áreas que coordinaba Expósito, que, aunque el aludido lo negó, fuentes del PSOE indicaron que dejó de lado sus tareas municipales para centrarse en las que le había encomendado la Diputación.
    Pero, por si no fuera poco, pronto llegaron las “desavenencias claras” entre el pupilo y su mentor. “[Expósito] quería mangonear a Martín [Lerma] y este tiene muchos años como para que lo manejen y no se dejaba”. Lo afirman dos vecinos de Villargordo, Miguel Cruz y Diego Moreno, ante el silencio que da por respuesta Lerma, que rechazó hacer declaraciones “para no echar más leña al fuego”. No obstante, las discrepancias se incrementaron y, poco a poco, el sucesor fue sufriendo el vacío de su grupo y de su principal defensor hasta que, el 15 de septiembre del año pasado, el dedo de Expósito se levantó no para designarlo como candidato a la Alcaldía, sino para elegir al número once de la lista de 2007, Miguel Ángel Navarro. Ciertamente —como apunta el todavía secretario general del partido—, la ejecutiva local del PSOE fue la que aprobó el proceso “sucesorio”, tanto en 2008 como el año pasado. Pero —replican fuentes de la militancia— fue Expósito el que propuso y la ejecutiva estuvo de acuerdo porque hay un “grupúsculo importante que está controlado” por él. Esto explicaría dos casos de “dedocracia” que el que fuera diputado provincial hasta el martes niega rotundamente, pero que le han pasado factura al PSOE en las últimas elecciones.
    La agrupación socialista sufrió, el 22-M, un batacazo solo comparable al de 1987, también fruto de discrepancias internas que, entonces, acabaron en escisión política. Aquella vez, el PSOE se quedó con un único edil. Esta, 16 votos lo han alejado de aquella derrota, pero la conclusión es la misma, que ha sido un “castigo que ha aprovechado IU”. Según Expósito —que dice asumir la responsabilidad al 100%—, el 50% de la derrota se ha debido a la situación de paro y el otro 50% a las desavenencias internas. Según la oposición y la militancia, a esto último. De hecho, vecinos sostienen que, de haber mantenido a Lerma, el PSOE habría ganado. Pero —sostiene el edil popular Agustín Moral—: “La mayoría absoluta ha sido la tumba de Expósito. La ambición lo ha sentenciado”. Ahora, fuera también del organigrama de la Diputación, ha pedido su incorporación al colegio Francisco Badillo y anuncia su retirada como secretario local del PSOE de Villatorres. “Mi ciclo político ha terminado”.

    Un pacto de Gobierno 'ideológico' que el PP califica de 'mercadeo'
    n. l. p. n villargordo
    Defienden por activa y por pasiva que el pacto que, el 11-J, elevó a IU a la Alcaldía con la ayuda del PSOE y que tanto recuerda al de 1987          —de hecho, porque, entonces, accedió al poder Sebastián López— es de progreso, “ideológico y lógico”. Sin embargo, el PP denuncia el “mercadeo” que ha rodeado al acuerdo de gobierno y hasta históricos socialistas de Villatorres cuestionan una alianza que tildan de “mentira”  y cuyas condiciones desconocen en su totalidad porque nadie ha convocado aún una asamblea local para informar a la militancia. Lo mucho o lo poco que la población sabe del pacto de Gobierno es lo que IU ha publicado en su blog y algunos acuerdos han levantado ampollas.
    “En vez de abordar los problemas del pueblo, se han limitado a hablar de dinero y de lo que va a cobrar cada uno”, critica el líder del PP, Agustín Moral, que se queja de que, en un municipio de menos de 4.500 habitantes, dos miembros de la Corporación estén liberados. Son el alcalde, Sebastián López —que anuncia que solo cobrará del Ayuntamiento “dos años”, hasta que se jubile como profesor de Primaria en el colegio Francisco Badillo—, y el cabeza de lista del PSOE y futuro concejal de Cultura, Miguel Ángel Navarro, que, “de otra forma, hubiera tenido que dimitir y renunciar a su acta de edil por ser funcionario del Ayuntamiento”, justifica López.
    Frente a las críticas, el carismático munícipe, que ha vuelto a la Alcaldía que dejó hace veinte años con el mismo socio de Gobierno de 1987, insiste en que en el acuerdo existe una “cláusula para no incrementar nunca las partidas para cargos liberados”. “Las remuneraciones de los dos concejales liberados serán las mismas que tienen actualmente en sus respectivos trabajos: el de IU, su sueldo como maestro de Primaria, en caso de que así sea necesario, y el del PSOE el que percibe en el Ayuntamiento, ascendiendo el de este segundo a 1.700 euros al mes netos, más dos pagas extraordinarias, como cobran en la actualidad”, se lee en el pacto publicado en el blog de IU. Pero el popular Agustín Moral lo pone en duda. En la pasada legislatura, solo hubo un edil liberado y cobraba “1.600 euros”. Una cantidad que está lejos de los “más de 2.000” que, como maestro de Primaria, debe cobrar López, estima un histórico del PSOE que prefiere no dar su nombre. Pero no es todo. Hasta ahora, Miguel Ángel Navarro percibía “unos 1.200 euros mensuales”, dice Moral. “Ahora, cobrará 1.700 más una gratificación como edil. En total, 2.000 euros”, apunta el popular, que desmiente la afirmación de que el pacto no supone cargas económicas añadidas para el Ayuntamiento, como dice el nuevo alcalde, y asegura: “Esto nos va a costar 90.000 euros al año en gastos de protocolo”.

    La 'puntilla' social a un equipo roto
    Primero, por un plan de urbanización que los vecinos consideraron “demasiado costoso” frente a lo que se les había prometido inicialmente y, después, por las inundaciones que ha sufrido desde 2009, el barrio del Llano la Viña de Villargordo representa el bocado que el PSOE no pudo deglutir en los cuatro años de la legislatura pasada. Juan Antonio Expósito abandonó la Alcaldía entre la polémica y “elevada” actualización de las cuotas por metro cuadrado, que tuvo que llevar a puerto Martín Lerma y, después, se sucedieron inundaciones que pusieron contra las cuerdas a decenas de vecinos. Según el líder de los populares, Agustín Moral, Expósito “engañó” a los vecinos con la rebaja que propuso, pero, precisamente, el mismo verbo es el que utiliza el secretario general del PSOE de Villatorres para referirse al plan ideado por el PP. “El PP presupuestó 8,5 euros por metro cuadrado y nosotros cuatro, pero, cuando entramos, vimos que la infraestructura eléctrica era insuficiente y que se necesitaban dos transformadores y una nueva red. Entonces, hubo que subir el índice, pero la obra se hizo”, expuso Expósito. Pero no se acabó del todo. Las deficiencias en la electrificación “continúan”, según el nuevo alcalde, Sebastián López, que indica que “hay mucha gente sin licencia de primera ocupación” y se plantea como reto poner en marcha los dos centros de transformación. Frente a las inundaciones, comenta que se invertirán 160.000 euros de planes provinciales para construir una balsa a la que vayan a parar esas aguas.

    Hermanos de sangre y rivales políticos
    Comparten una gené- tica que los determina fisonómicamente y que se refleja hasta en sonrisas que parecen cortadas por el mismo patrón, pero, ideológicamente, el actual alcalde de Villatorres, Sebastián López, y su hermano Antonio están en las antípodas. El “conservadurismo” del último contrasta manifiestamente con la tendencia de izquierdas del actual munícipe y, de hecho, esta oposición política y dialéctica los enfrentó en los comicios electorales del 22-M. Si, después de varias legislaturas retirado, Sebastián retornaba a la primera línea de la política al frente de IU, su hermano Antonio se posicionó como número cuatro de la lista del PP.
    Los dos partieron de la casilla de salida con expectativas de ganar y, en cierta medida, los dos lo hicieron, aunque solo uno de ellos está al frente de la Alcaldía, y la victoria en el partido de Antonio —el PP— sabe agridulce por un pacto “ideológico y lógico” —como califica el candidato socialista y futuro concejal de Cultura de Villatorres, Miguel Ángel Navarro, al acuerdo entre IU y el PSOE— que le arrebató el poder local a los populares. Precisamente, tras los resultados electorales, hubo vecinos que pusieron en duda cualquier pacto de izquierdas al estar Antonio López en la lista ganadora del PP. Sin embargo, preguntados por ello, los hermanos responden de la misma forma y reducen el parentesco a “una anécdota”. Eso sí, para no enzarzarse en diatribas políticas, confiesan: “Evitamos hablar de asuntos de política local”.