Villardompardo.- Un pueblo con las puertas abiertas Custodia el paseo del Santísimo
Jesús Vicioso /Villardompardo
Vídeo.-Una quincena de altares se levantó por las calles villarengas para honrar la visita del Cuerpo de Cristo en su paseo anual por el municipio cada mes de junio. Los feligreses, vecinos y visitantes pasaron calor, mucho, pero el encanto de la fiesta hizo que nadie se perdiese el multitudinario desfile procesional.
Vídeo.-Una quincena de altares se levantó por las calles villarengas para honrar la visita del Cuerpo de Cristo en su paseo anual por el municipio cada mes de junio. Los feligreses, vecinos y visitantes pasaron calor, mucho, pero el encanto de la fiesta hizo que nadie se perdiese el multitudinario desfile procesional.
Mientras la gente esperaba en la Plaza de la Constitución la salida del Santísimo Sacramento desde el templo parroquial de Nuestra Señora de Gracia, una mujer se quitó las gafas de sol. “Al Señor hay que verlo bien visto”, le espetó a una persona que estaba a su lado. Ayer, los villarengos no solo vieron con suma ilusión al Santísimo en la bella procesión que recorrió la mayor parte de las calles del pueblo, sino que cientos de vecinos y muchísimos visitantes lo acompañaron desafiando el soporífero calor. Engalanado hasta en el olor a primavera declinada —gracias al manto de mastranzos y a las ramas de hierbabuena, juncos, palmeras y álamos—, Villardompardo entero abrió de par en par sus puertas con motivo del paseo religioso. Los altares instalados el sábado por la noche esperaban la visita de la Custodia y de la oración que los fieles rezaban delante de cada monumento popular.
Los niños de Primera Comunión abrían el cortejo, como en un anuncio, con sus sonrisas perennes, de que detrás venía algo grande. Parecían príncipes y princesas a punto de coronarse, y al fin y al cabo así fue, pues repartieron gran parte de la alegría de la jornada festiva.
Después, el Cuerpo de Cristo llevaba fe por doquier y el párroco, Juan Solís, bajo palio, preparaba el siguiente rezo al llegar a un nuevo altar. Más de una quincena se levantó este año, a cual más hermoso y original. Desde una abanico floral hecho con servilletas de papel de colores hasta una custodia realizada con tapones de botellas de plástico, un mosaico con un rostro de Cristo dedicado a la próxima Jornada Mundial de la Juventud u otro montaje realizado con galletitas y picos de pan. También destacaron el paseo marítimo hacia la ermita de la Virgen de Atocha, ambientada en la advocación del Carmen, y, sobre todo, una impresionante y alegórica arca de Noé, en la que incluso hubo animales vivos —como una oveja, un conejo y un gallo— y otros de peluche —un gato, una serpiente o una araña, entre otros—. Al parecer, en un principio también había un perro, pero tuvieron que llevárselo porque siempre iba detrás del gallo.
transformación. El Corpus Christi es la fiesta más importante de Villardompardo. “Siempre hay novedades, porque cada año los altares son distintos”, dice el alcalde, Francisco López Gay. Los vecinos se esmeran y los visitantes así lo reconocen, porque, terminada la procesión, los templetes reciben las miradas sin parar de inmortalizarse en fotografías y en recuerdos, los dos únicos lugares donde habitarán para siempre, porque hoy, día festivo en el pueblo, se desmontan totalmente. Son homenajes efímeros dedicados al paseo del Señor presente.
Con el buen sabor de boca de una nueva mañana de gloria infinita, por la noche hubo más fiesta, esta vez en forma de verbena, en la plaza del pueblo. Claro, bendecidos se disfruta mejor.