Viernes negro y otras modas

Fue hace unos días cuando escuché hablar de él. Confieso que tuve que tirar de buscador de internet para averiguar de qué se trataba, porque empezaba a pensar que tal vez era yo el único de este mundo que no sabía qué era aquello, que me había perdido algún capítulo. Todo un despliegue de grandes cadenas, y no tan grandes, que invita a sumarse al “Black Friday”—viernes negro—. Una especie de rebajas con grandes descuentos previas a la Navidad que se celebra el viernes posterior al Día de Acción de Gracias, esa fiesta que hemos visto hasta la saciedad en series y películas made in USA. El objetivo último, como la mayoría de lo que exportamos del otro lado del charco, no es otro que consumir.

    27 nov 2015 / 11:50 H.

    Me alegro si la iniciativa sirve para animar la economía de quienes cada día levantan la persiana de su negocio para ganarse el pan, pero, ¿es necesario exportar absolutamente todo sin aportar un toque de imaginación e innovar? ¿Tenemos que ser un calco hasta en el nombre? De seguir así, nos vemos en unos años celebrando el Día de Acción de Gracias y al presidente del Gobierno indultando a un pavo, como hace su homólogo estadounidense. Si no, al tiempo. 
    Ángel González