Viernes negro de Ramadán
Francia, Kuwait, Túnez y Somalia. El Ramadán negro sembró de terror la jornada del viernes y deja a la comunidad internacional sobrecogida, con más de noventa muertos en una ola de atentados islamistas. En el país vecino, François Hollande, declaró la alerta máxima durante tres días en la región de Ródano-Alpes, donde se encuentra la fábrica donde se produjo el atentado que dejó un muerto y dos heridos. En la localidad tunecina de Port El Kantaui, el asesinato de al menos veintiocho personas ataca directamente a la línea de flotación de la economía, al turismo, con el brutal atentado en un hotel en un tiroteo. Los asaltantes, dos de ellos detenidos, abrieron fuego contra los huéspedes allí alojados, en su mayoría de nacionalidad británica y alemana, que se encontraban en la playa del complejo hotelero de cinco estrellas.
Mientras tanto, en España, se eleva el nivel de alerta antiterrorista hasta el 4 después de la trágica ola de atentados terroristas, un acuerdo alcanzado tras la reunión de urgencia del pacto antiterrorista mantenida en el Ministerio con representantes del PSOE. Supone la primera modificación en este campo desde que el pasado mayo se aprobase un nuevo Plan Antiterrorista y la máxima alerta desde los atentados del 11-M en la capital del país. Es evidente que no hay que bajar la guardia, porque los terroristas no distinguen fronteras. Estado Islámico parece estar detrás de todo, con lo cual, no hay una clara cabeza visible que se haga responsable. Después de abandonar Irak y cerrar en falso, vienen estos lodos. No hay que dar tregua, ni dejarse amedrentar jamás. Frente al terror solo cabe la fuerza que da la unidad para combatirlo sin cuartel.
Mientras tanto, en España, se eleva el nivel de alerta antiterrorista hasta el 4 después de la trágica ola de atentados terroristas, un acuerdo alcanzado tras la reunión de urgencia del pacto antiterrorista mantenida en el Ministerio con representantes del PSOE. Supone la primera modificación en este campo desde que el pasado mayo se aprobase un nuevo Plan Antiterrorista y la máxima alerta desde los atentados del 11-M en la capital del país. Es evidente que no hay que bajar la guardia, porque los terroristas no distinguen fronteras. Estado Islámico parece estar detrás de todo, con lo cual, no hay una clara cabeza visible que se haga responsable. Después de abandonar Irak y cerrar en falso, vienen estos lodos. No hay que dar tregua, ni dejarse amedrentar jamás. Frente al terror solo cabe la fuerza que da la unidad para combatirlo sin cuartel.