Vidas en la carretera

Lo importante es regresar. Parece que fue ayer cuando se difundía la popular campaña de la Dirección General de Tráfico (DGT) con ese eslogan, que más tarde se usaría también como “lo importante es llegar”. Al fin y al cabo, es lo mismo. Lo importante, y lo duro, es que diecisiete personas han perdido ya la vida desde el pasado viernes, cuando comenzó el puente de diciembre con motivo de las fiestas de la Constitución y por la Inmaculada. El año pasado fueron dieciséis los fallecidos en todo el puente que, entonces, solo duró tres días. La simple comparación debería obligar a una reflexión, sobre todo, porque además de los fallecidos por siniestros con turismos, hay cuatro motoristas, un ciclista un tres peatones que también han perdido la vida. Todo cuenta y, desde luego, los heridos de gravedad que quedan fuera del primer cómputo y que, en ocasiones, fallecen días después.

Cada vez que se pone en marcha una campaña especial de Tráfico, con motivo de vacaciones o cualquier festividad, se intensifican los mensajes publicitarios que hablan de prudencia al volante, iniciativas que siempre sirven de aldabonazo a la conciencia colectiva pero, además, hay que ver más allá. Las acciones puntuales son necesarias, siempre, pero se requiere una tarea de día a día, de prevención, que debe aplicarse desde las propias escuelas. Las salidas a parques de educación vial son ya habituales en los contenidos transversales de los planes de estudio en los colegios, pero es obvio que será útil con los conductores del mañana, menos con los actuales. Para ellos, es más difícil educar en una conducción responsable. Pero no imposible. Y, ahora que queda regresar, mucha atención y prudencia, una vez más.

    08 dic 2015 / 14:41 H.