Vida y muerte en los cementerios

El escritor Antonio Gala cuenta que una de sus primeras visitas al llegar a un pueblo es al camposanto. Dice que lo hace para saber qué trato le dan los vivos a sus muertos. A juzgar por la cantidad de personas que se acercaron ayer a los cementerios municipales de San Fernando y San Eufrasio, los jiennenses sí que honran a sus fallecidos.

01 nov 2015 / 09:37 H.


Hileras de coches aparcaron cerca del Tanatorio San Fernando, ubicado junto al camposanto homónimo. La afluencia de gente —a pie y en vehículos— llamó la atención. El Día de Todos los Santos es, a fin de cuentas, una fiesta. “Lo que más se vende son los claveles”, señaló un comerciante joven a este medio. Poco antes, la palabra “Halloween” se coló en San Fernando igual que la tradición americana lo ha hecho en España. Una mujer hablaba de disfraces antes de entrar, acompañada de familiares, al camposanto más nuevo.
La visita a las tumbas despierta sensibilidades tan variadas como las que se dan en la calle. Tan normal era ver a unos padres con sus hijos colocando flores en la tumba de un allegado como descubrir a una mujer mayor detenerse, como si le faltase el aire, cerca de la sección 11 de San Bartolomé. “¿Te ahogas?”, le preguntó el varón acompañante. “No, es que estoy pensando”, contestó, emocionada. “No te pongas nerviosa”, respondió el hombre. Por su parte, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica homenajea hoy a “defensores de la libertad”, a las once, en la fosa 702 de San Eufrasio.
Los grupos de personas preparadas con escaleras, trapos y cepillos fueron imágenes comunes en los dos cementerios. Igual que, quizá, los espacios más tristes del camposanto: los nichos destinados para los menores. En la ermita del Calvario hubo un momento curioso y bonito: fieles siguieron la misa a la luz de las velas.
José Manuel Rodríguez es gerente del grupo JJJ Inversiones Funerarias, la marca que lleva los tanatorios de Martos, Andújar, Linares, Lopera y Los Villares y los cementerios municipales de Linares, Martos, Andújar, Guarromán y Los Villares. ¿En qué lugar deja a la provincia la idea de Antonio Gala? “Bueno, somos españoles”, dice, con humor, Rodríguez. “Los jiennenses son cariñosos con sus fallecidos”, expresa.
El gerente de JJJ Inversiones Funerarias destaca que, en lo que va de año, hay un repunte de las defunciones. La consecuencia, que haya más muertes, favorece a la industria. “Hemos tenido más servicios en la provincia, pero los precios están contenidos”, puntualiza. En lo que respecta a los nichos, los registros evidencian que el poder adquisitivo del “ciudadano medio” se inclina más hacia el alquiler que la compra. “La primera opción representa ahora el 70 por ciento, mientras que solo un 30 por ciento opta por la adquisición”, asegura. Alquilar una sepultura cuesta 25 euros al año, mientras que comprarla supera los 1.500. “Los precios dependen de cada municipio. Son datos generales”, especifica.
Las funerarias se adaptan a las realidades de cada lugar. “No es lo mismo Andújar, donde se reza un rosario a medianoche que Linares, que no tiene esa costumbre”, concluye Rodríguez.