Víctor Araque "corre" hacia el cielo

A esta hora, puede que Víctor Araque haya terminado la carrera que lo ha llevado hasta el cielo. Cientos de personas lo despidieron ayer en La Guardia en un emotivo entierro. El profesor de Educación Física y deportista fue atropellado cuando estaba de vacaciones en Senegal con su pareja.

    27 jul 2013 / 08:36 H.

    Una camiseta del Granada 74 con el número 1 resaltaba en la capilla ardiente entre el edén de coronas de flores en el que se convirtió su paso por el tanatorio. Allí decían que resumía su forma de vida. Víctor Araque era un número 1 en el deporte y fuera de él. Debajo había una bufanda de este mismo equipo y una placa que se imprimó ayer mismo: “De tus amigos, compañeros de INEF, porque tu compañía nos hizo mejores y tu recuerdo nos inspira. No se trata del qué, sino del cómo. Víctor Manuel Araque Menor. In memoriam. 26 de julio de 2013”.
    El féretro llegó en torno a las 4:30 horas de ayer al aeropuerto de Barajas. Allí, otra vez, la dichosa burocracia. Hasta el mediodía sus familiares y amigos no pudieron partir hacia Jaén. La capilla ardiente abrió a primera hora de la tarde. La Guardia se veía triste. Había mucha gente joven en las calles. Algunos con gafas oscuras para esconder ojos bañados en lágrimas. Un entierro siempre es triste, pero si es de una persona que tiene toda la vida por delante hace que el dolor sea insoportable. A las ocho menos cinco minutos de la tarde, el féretro partió del tanatorio en dirección al templo de Nuestra Señora de la Asunción. Delante iban dos coches fúnebres, que parecían un mar de flores en movimiento. Detrás, el ataúd portado por jóvenes. La mayoría no podía contener la emoción. Entonces, en La Guardia se hizo el silencio. Solo se escuchaban los pasos de una comitiva. Era una manera de llorar más por la pérdida de Víctor. Cuando estaba cerca de la puerta del templo, una campana comenzó a sonar con repiques tristes. El paso por la calle Escuelas, que separa el Tanatorio Municipal de La Guardia del templo de Nuestra Señora de la Asunción fue breve, pero la emoción hizo que pareciera a “cámara lenta”.
    Entonces, cientos de personas comenzaron a entrar en la parroquia. Ya había muchos dentro. En la puerta se escuchaba: “Esperad para que pueda entrar la familia”. Los aledaños del templo estaban repletos de personas. No había aparcamiento, los policías locales se afanaban por regular la circulación y voluntarios de Protección Civil colaboraban en un dispositivo especial de seguridad ante la enorme afluencia de amigos, allegados y familiares. La ceremonia religiosa fue oficiada por el párroco, Manuel Pérez Galán. Mientras que el sacerdote imploraba al cielo por su alma, decenas de personas esperaban en la puerta. Pero sus amigos están convencidos de que, a esta hora, Víctor Araque Menor seguro que ha llegado al cielo. Dicen que era un corredor de fondo, un deportista nato, un joven solidario, un buen educador de Secundaria y, en definitiva, una persona comprometida con su tierra.
    Murió el pasado viernes en Tambacounda después de que un vehículo invadiera una zona peatonal. Su repatriación llevó una semana, que es un tiempo récord gracias a la implicación de su pareja, familiares y amigos y la labor del cónsul español en Senegal. Tenía 32 años. Era experto en carreras de montaña. Acaba de coronar la cima más grande. Seguro que brilla en el cielo. Enrique Alonso / Jaén