02 may 2014 / 22:00 H.
La convivencia en armonía como premisa para avanzar en soluciones conjuntas. Sobre esa filosofía se sustentan las tradicionales verbenas de los barrios de la capital, una premisa que sigue siendo válida en época de complicada coyuntura económica como la actual pero que, desde luego, obliga también a los colectivos a reinventarse frente a la adversidad. Lejos quedan las sustanciosas subvenciones municipales que se destinaban a estas fiestas populares, de manera que las tres federaciones que en la actualidad trabajan en la ciudad, deben plantear de otra manera las actividades como puntos de encuentro entre los ciudadanos. En el caso de Más Voluntades, en concreto, se han suspendido directamente, mientras que en otras como Objetivos Comunes y Ciudadanos por Jaén, en algunos de sus asociados se da la vuelta a la tortilla con convivencias en lugar de verbenas como tal. Resulta primordial que, aunque el presupuesto no dé ni para pagar la luz de las sedes en algunos casos, se intenten sostener las excusas para la sana diversión, para departir con quienes se comparten las mismas inquietudes vecinales, los problemas más cercanos, como única vía de permanecer juntos y hacer, así fuerza a la hora de reivindicar mejoras para el entorno. Un movimiento vecinal sano y cohesionado pasa por la puesta en común de necesidades y, sobre todo, por la unidad como fuerza para presionar y avanzar en la construcción de una ciudad más cómoda para todos. Por eso no se llega a entender que la ciudad de Jaén convivan en la actualidad tres federaciones vecinales, perdiendo, de este modo, la potencia que una sola daría a sus aspiraciones a la hora de presionar para lograr los objetivos.