Vecinos de San Ildefonso, "comidos" de bichos y grietas
Ángeles Sutil vive en el número 6 de la calle Miguel Romera, en el barrio de San Ildefonso. Disfruta de un techo, pero no duerme tranquila. “Creo que la casa se me va a caer”, dice. En una ciudad en la que, en 2013, la Gerencia de Urbanismo contabilizaba casi 300 edificaciones y solares abandonados, la suya es una de tantas viviendas que tienen una oquedad que, en este caso, amenaza con desaparecer debajo de la maleza que se acumula en ella. Los jaramagos y las malas hierbas se levantan varios palmos sobre el suelo y, entre ellos, tras lo que queda de una valla metálica rendida por el efecto del tiempo y el vandalismo, se hacina basura —y hasta algún mueble— que ha tirado alguien sin ningún pudor.

Como consecuencia de la suciedad que presenta un solar de titularidad privada en el que, antaño, se erguían cinco viviendas, los vecinos llevan años soportando que se les cuelen en casa bichos de todo tipo: desde arañas a “pulgas”, como las que “hace unas tres semanas” llenaron de pintas las piernas del hijo adolescente de Loli Montiel. Es la propietaria del número 3 de la calle de La Plata, a la que también da un foco de insalubridad que está provocando, además, que sus viviendas, necesitadas del apoyo estructural que antes les aportaba la existencia de inmuebles colindantes, se estén llenando de grietas. “En mi casa empezaron a salir a partir de que tiraron la vivienda de al lado”, explica la vecina del número 4 de Miguel Romera. Fue hace siete años y “la casa cada vez está peor”, pese a que estima en “más de 2.000 euros” el dinero que se gasta anualmente en su mantenimiento”. Y lamenta: “No hay nadie que nos haga caso”.
La cuestión no es que el solar sea de titularidad privada y la propiedad se haya desentendido de limpiarlo y de construir los pisos que tenía proyectados en ese espacio comido por la basura y los jaramagos. El problema —explican las dos mujeres— es que el constructor “se declaró, en su día, insolvente” y, además, “está desaparecido”. Pero más allá de esta realidad, también se quejan de la “inacción” y de los “incumplimientos” del Ayuntamiento.
Le han denunciado en reiteradas ocasiones la situación en la que se encuentra el solar para que intervenga. La última vez fue el año pasado y la respuesta les llegó en forma de resolución firmada por el secretario general del Servicio de Urbanismo, José Antonio Toribio. En ella, se les comunica que el Ayuntamiento sancionará a la “mercantil Antonio Ortega Promociones y Diseño con una multa por importe de 100 euros”. Además, se le “concede el plazo de un mes” para “realizar tareas de limpieza, desbroce y retirada de escombros y desratización”. Si no, se le advierte de que la Administración local ejecutará de forma subsidiaria los trabajos, que están valorados en 4.4.25 euros. Pero —denuncian las dos mujeres—: “Ni el constructor hace nada, ni el Ayuntamiento”.