Vecinos de La Cerradura tildan de 'chapuza' la conducción del agua

Nuria López Priego/Pegalajar
¿Dónde están los 137.147 euros que se han invertido en la conducción de agua? Esta es la pregunta que se formulan los vecinos de La Cerradura ante la 'chapuza' que —denuncian— ha realizado el Ayuntamiento. Según el panel que cuelga en El Cerrillo, las obras acababan ayer,

    01 jun 2011 / 10:12 H.

    pero la tubería general sigue sin soterrar, las tomas de agua están al descubierto y hay casas sin contador.
    Además de por olivas, los campos de la pedanía pegalajareña de La Cerradura están trufados de tuberías. Desde el aljibe que suministra de agua a la población, un conducto recorre, primero, olivares a ras de tierra; después, la antigua Nacional 323, a través de una alcantarilla, y, una vez en la pedanía, sortea calles suspendida de árboles, balcones y ventanas hasta llegar a las viviendas. Esta tubería general es la esencia del proyecto de emergencia aprobado por el Ayuntamiento de Pegalajar con cargo al Plan de Cooperación Local de la Diputación con el fin de mejorar la red de abastecimiento de agua potable a La Cerradura. Para ello, se destinaron 137.147,73 euros —la misma cantidad que, en 2008, se invirtió en la zona de El Cerrillo para mejorar su abastecimiento y para construir  una red de alcantarillado, hasta entonces, inexistente— y se estableció un plazo de diez meses para acometer los trabajos. Sin embargo, transcurrido ese tiempo —acabó ayer—, los vecinos de esta pedanía denuncian la “chapuza” que, en su opinión, se ha realizado con dinero público y se preguntan: “¿Dónde están los 137.000 euros que se iban a invertir?”. Se quejan de que la imagen de la aldea es “lamentable” y denuncian que las tuberías están tal y como las pusieron a principios de agosto. Pero con una diferencia. “Entonces, había una necesidad de agua apremiante y entendemos que dejaran las canalizaciones así, al descubierto, para callarnos la boca”, intenta justificar un vecino, Antonio Valverde. Pero —añade— lo que es incomprensible es que una situación “provisional” se haya convertido en perpetua. En este sentido, Pedro Hermoso, otro vecino, comenta: “En hacer esto [colocar las tuberías] tardaron unos quince días y, después, ya no han vuelto”. Y ello a pesar de que las obras tenían un plazo de ejecución de diez meses, apostilla mientras señala el cartel que cuelga de una fachada en el barrio de El Cerrillo en el que se indica que, ayer, acababan las obras de conducción del agua y exclama: “¡Así es como creen que se hace una obra, dejando todo manga por hombro!”. Aparte, aún hay viviendas en las que no se han instalado los contadores. Sin embargo, la mayor preocupación de los vecinos es la cercanía de las vacaciones de verano y la certidumbre de que los problemas de suministro retornarán a La Cerradura, “como cada año”. “Del aljibe sale una tubería grande, pero, en el puente, le han hecho una reducción y esa tubería no tiene capacidad para todos”, pronostica Hermoso.
    Reunión para evaluar la finalización de las obras
    La alcaldesa en funciones de Pegalajar, la socialista Manuela Aranda, mantuvo, ayer por la mañana, una reunión con la empresa encargada del proyecto de conducción del agua hasta La Cerradura, con el técnico coordinador de seguridad y con el que ha dirigido los trabajos para analizar el resultado y “todo lo que compete a una obra de esta envergadura”. “Estamos viendo los resultados en el ámbito de la pedanía y si se tiene que realizar alguna obra en lo que compete al suministro de La Cerradura, aunque no ya en esta conducción”, indicó Aranda, que aseguró: “No hemos dejado de trabajar”. Dejó pendiente su evaluación de los trabajos para la tarde. Sin embargo, este periódico intentó sin éxito conocer su opinión.