Vecinos de la calle Sefarad critican el hedor que procede del Hospital

Irene Bueno/Jaén
Los malos olores que traspasan los muros que rodean el Hospital Médico-Quirúrgico de Jaén traen de cabeza a los vecinos que residen en la calle Sefarad (antigua García Rebull). Explican que, especialmente, durante los meses de verano, el hedor llega hasta las viviendas que están en la acera de enfrente.

    31 ago 2011 / 09:54 H.

    Un contenedor de grandes dimensiones acumula bolsas de desperdicios orgánicos cerca de del muro que separa el recinto hospitalario de la vía pública. Los vecinos de esta calle consideran que es de este lugar del que emanan los molestos olores que se expanden por toda la calle y llegan hasta los portales. Aseguran que no entienden cómo de un espacio en el que se supone que debe regir la limpieza y la higiene se acumulan estos residuos hasta que están en fase de descomposición. Explican que las molestias comenzaron hace aproximadamente unos tres años, aunque desconocen si, con anterioridad, este contenedor estaba en el mismo lugar.
    Desde entonces y, sobre todo en verano o los días de temperaturas más altas, los malos olores se propagan por las inmediaciones. Del mismo modo, denuncian que en las proximidades se acumulan otras bolsas que contienen sábanas y pijamas de los enfermos para lavandería y que no existe una separación física entre ambos espacios.
    Explican que, al estar calado el muro que delimita la zona sanitaria de la calle, es como si los desperdicios estuvieran en la misma vía pública.
    gestión de residuos. Por su parte, la Dirección del Complejo Hospitalario de Jaén explicó a este periódico que el centro desarrolla un plan de gestión diferencial de residuos, que incluye la separación y traslado de desperdicios, según el protocolo recogido en la legislación. Los de carácter tóxico o peligroso los recoge una empresa acreditada y no se encuentran en la zona a la que se refieren los vecinos. Subraya que en el espacio junto a la lavandería hay contenedores para material inerte, como los amarillos para residuos plásticos y otros para material mobiliario.
    Aclara que los residuos orgánicos y urbanos (como restos de alimentos) que genera el hospital, se introducen en un contenedor compactador, que la empresa encargada de su gestión ha renovado hace diez días. Para evitar cualquier otro depósito fuera de este recipiente, el área de mantenimiento realiza una limpieza diaria de la zona.
    En cuanto a la columna de humo blanco que los vecinos y usuarios pueden ver salir de las chimeneas de un edificio próximo a esta calle, la Dirección apunta que proviene de las lavanderías y se trata de vapor de agua. El Hospital recuerda que ha multiplicado, en el último año, los resultados positivos en la gestión de material de reciclaje, gracias a la política medioambiental que se dirige a la separación y clasificación todos los deshechos.