Vecinos de La Alameda critican la poca información de las obras
Las obras son molestas para todos, pero son necesarias para poder disfrutar de una remodelación, actualización o mejora. Así lo entienden los vecinos de la zona de La Alameda ante los trabajos que se realizan en el histórico parque. Sin embargo, lo que no comprenden es la falta de organización, de información y de sensibilidad ante el área declarada Bien de Interés Cultural (BIC).
Desde que las máquinas comenzaron a “hincar” sus grandes punzones sobre el adoquinado y el empedrado cercano a la Puerta del Ángel y el Pilar de La Alameda, muchos vecinos se llevaron las manos a la cabeza al observar, con pena y frustración, el destrozo del suelo. En este sentido, una residente de la zona, Victoria Jiménez, se preocupa por el levantamiento del empedrado que bordeaba el pilar. “Es cierto que no está catalogado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico ni en el ‘Catálogo Monumental de la ciudad de Jaén y su entorno’, pero creo que deberían haberlo valorado antes de quitarlo”, se lamenta la jiennense.
Además, Jiménez asegura que, junto con otros vecinos, intentaron buscar el proyecto de la remodelación del parque. Una labor que no les resultó fácil. “Es cierto que está colgado en la web del Ayuntamiento, pero no es tan sencillo llegar al documento”, explica la residente, quien afirma que, una vez que llegó al proyecto, le pareció bien. En cualquier caso, insiste en la poca “transparencia” de información. “Este oscurantismo origina que los vecinos especulen”. De hecho, algunos vieron cómo, bajo los adoquines, se hallaron unas losas que fueron destruidas.
Entre las escasas indicaciones, Victoria Jiménez suma la falta de ubicación de un cartel de obras en la reja que corta el paso a los trabajos en la calle Adarves Bajos. “Este es un barrio en el que vive gente mayor, no todo el mundo tiene acceso a internet”.
No obstante, el jefe de obra aseguró a este periódico que los trabajos están suficientemente señalados y que no hay problema alguno. De hecho, indicó que hay un cartel justamente en la zona del Auditorio Municipal.
Si algo preocupa a la vecina es la falta de consideración con la zona BIC. “Estas calles tienen mucha humedad, pues bajo el suelo hay canales de agua y el movimiento del terreno del mirador puede afectar al Convento”, manifiesta Jiménez, quien asegura que ya ha visto algunas grietas en el arco. “Espero que estén supervisando bien las obras. Hay que recordar que tenemos antecedentes como lo que ocurrió en la Plaza de los Perfumes”, apunta Jiménez.
Más allá de los ruidos y de las molestias transitorias que implican los trabajos de una obra, los comerciantes de Adarves Bajos insisten en que, aunque no están justo en mitad de la obra, se ven perjudicados por la falta de organización e información. Y es que, el Ayuntamiento, en sus últimas manifestaciones, expresó su sorpresa ante las quejas del colectivo, para dejar claro que en la calle no hay alteración alguna.
Una respuesta que no comparten los empresarios: “¡Claro que nos afectan! Nuestro negocio no es de barrio. Hay mucha gente de Jaén que se desplaza desde la otra punta para venir a comer aquí”, indica la responsable de la bocatería El Respiro, Antonia Segura. Y es que la falta de espacio para aparcar es uno de los principales motivos que frena a los usuarios a llegar a esta la zona. “Lo hemos notado en la caja, que nos ha bajado más del 50% de lo que ganamos el día que menos ingresamos”, indica Segura.
Por su parte, en la tienda de alimentación cercana a la bocatería, la dependienta critica no solo la bajada de clientes en estos días, sino también de proveedores. “El problema es que no pueden aparcar los camiones, pues no hay una zona de carga y descarga, ya que pusieron unos pinetes enfrente y los policías multan al momento”, manifiesta la dependienta.
En cuanto a las ventas, la tendera indica que han descendido un 60%. “Muchos de mis clientes eran los que se paseaban por las tardes en La Alameda, también los jóvenes que acudían aquí para comprar antes de bajar al recinto ferial para hacer botellón”, cuenta la empresaria. “La gente viene corriendo, compra lo urgente y se va porque teme dejar parado el coche en mitad de la calle”.
Un trabajador del kebab cercano indica que, desde que comenzaron las obras, hay menos movimiento en el local.
Mientras, desde el Ayuntamiento se reafirman en las declaraciones en las que indican que todo está en orden y que se respetan los plazos.