Vandalismo y falta de seguridad que requieren atención

Los últimos acontecimientos ocurridos en el barrio de San Felipe  tienen a sus vecinos preocupados por un deterioro de la convivencia y por los actos vandálicos que se suceden en las instalaciones comunes. La triste destrucción de las recién renovadas instalaciones del campo de fútbol del Jamarguillo es la gota que colma el vaso de la paciencia de un colectivo vecinal que subraya que sin más medidas de seguridad en el barrio, estos hechos se repetirán.

    21 jul 2010 / 15:03 H.

    Los destrozos en las instalaciones, en las que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén invirtieron 240.000 euros, dejaron los vestuarios destrozados y una sensación de impunidad y tristeza de unos vecinos que celebraron recientemente que las administraciones adecuaran unas infraestructuras muy utilizadas por todo el barrio, incluidos los niños que llenan, habitualmente, el campo. Es muy importante que, junto a la reparación lo antes posible de todos los desperfectos, la investigación de los costosos actos vandálicos esclarezca quienes los cometieron para ponerlos a recaudo de la Justicia. Hechos como el precedente, junto a los heridos por arma blanca en las fiestas del barrio, dejan una perniciosa sensación de impunidad y de inseguridad en unos vecinos que no se cansan de repetir las carencias en seguridad que padece el barrio. Además, es también frustrante para las personas que encabezan colectivos vecinales que pelean duramente por cada mejora en su barrio y que cuando estas llegan unos pocos vándalos destrocen un bien de uso común. Cuando la convivencia se pone en peligro, la autoridad pública debe actuar con diligencia para evitar que la situación empeore o acabe por degenerar en un problema mayor. En este sentido, las advertencias de otros vecinos, en este caso los de las “60 viviendas”, sobre los destrozos causados por residentes y que investiga el Defensor del Pueblo Andaluz, llueven también sobre mojado.