Vacaciones desde la playa
Es tiempo de vacaciones y es muy aconsejable para la salud mental disfrutar de todo aquello que nos apetece hacer casi siempre, eso que no hacemos por falta de tiempo y exceso de ocupaciones, las más de las veces sobrevenidas y poco deseadas. Cada cual tiene sus preferencias a la hora de relajarse y en verano algunos optan por leer ese par de libros que llevan algún tiempo esperando en la biblioteca o sobre la mesita de noche, otros hacen deporte para ponerse en forma y no engordar demasiado con los excesos de cerveza y aquellos otros propios de la buena mesa que suele acompañar los días de asueto, y por último, algunos se dedican a intentar hacer esas cosas que llevan toda una vida esperando realizar sin que nunca llegue la hora propicia para ello.
Para los aficionados a la cocina no hay nada mejor que una buena ración de fogones después de la obligada y siempre agradable visita al mercado. Tengo el gran honor de ser miembro de la Orden de la Cuchara de Palo, distinción que agradezco sobremanera , y muchas veces desde la distancia recuerdo que esta noble cofradía tiene como primer fin defender y difundir la cultura del olivo, que es símbolo de Jaén. Por ello cuando cocino me precio de tener siempre a mano el mejor zumo de aceituna que producen las olivas de nuestra tierra. Hoy me afanaba cocinando algo sencillo y se puede decir que muy playero, como corresponde cuando se tiene la suerte de estar en la costa mediterránea, donde se encuentra pescado de calidad comparable al aceite del que hablamos. No quiero pecar de presuntuoso pero sí he de decir que el ajoblanco con guarnición de higos ha salido de dulce, y el pescado frito con nuestro simpar aceite virgen extra variedad picual ha quedado bordado. Mis invitados han disfrutado de lo lindo. Por mi parte, he deseado que todos aquellos que luchan por enaltecer y difundir la cocina mediterránea, los valores y bondades del aceite de oliva sean perseverantes y tengan cada vez más éxito a nivel mundial. Luego he brindado por mis paisanos y para que esos olivos sigan dando sus frutos con el trabajo de nuestra gente, ese trabajo tan escaso y necesario en nuestra tierra.