Unos duros datos que dan pie a polémicas interpretaciones
El pasado fin de semana pasará a la historia por la triste estadística de ser el más trágico de todo el año, con 26 fallecidos en accidentes en las carreteras españolas.
El dato es en sí para preocuparse y, desde luego, reflexionar sobre si está provocado por una causa determinada sobre la que pueda actuarse para corregirlo. La polémica está en el aire a raíz de las declaraciones del director general de Tráfico, Pere Navarro, quien criticó la llamada “huelga de bolis caídos” de los agentes de la Benemérita responsables de sancionar a los conductores que infringen las normas al volante y subrayó que a más control y más vigilancia, a más multas, menos infracciones y menos accidentes. Aunque no vinculó la siniestralidad del pasado fin de semana con esta huelga, sus palabras no han gustado a los miembros de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que han reclamado una rectificación, a la vez que aseguran que “multar por el hecho de multar” no beneficia a la seguridad vial.
Desde Tráfico se sostiene que las sanciones tienen un carácter preventivo que es necesario para frenar las muertes en las carreteras.
Parece razonable pensar que la sanción en sí misma no corrige malos hábitos en la conducción, sobre todo porque a menudo se asocian más con un excesivo afán recaudatorio en lugar de asimilar la infracción para no volver a cometerla. De cualquier forma, el carácter pedagógico de la multa aún no ha calado lo suficiente entre la sociedad, al menos, entre la gran mayoría, por lo que es un poco precipitado asociar el aumento de los accidentes con la falta de sanciones tanto de Guardia Civil como Policía. En todo caso, hay que seguir de cerca los datos sobre un asunto tan importante como este y comprobar si se trata de una circunstancia coyuntural o se prolonga en el tiempo, para actuar en uno u otro sentido.