Uno de los nuestros

Ha llegado el otoño con represión, café y anuncio de elecciones. Casi siempre estamos acostumbrados a que las cosas les pasen a los demás, pero a veces la flecha nos apunta  y nos alcanza justo en la espalda. El inicio de la pasada semana fue bastante traumático en Jaén. Se juzgaban sindicalistas y muchos fueron condenados a uno, dos, tres años de cárcel. Esto resultaría sumamente curioso si no se tratara de gente del SAT, pues los sindicatos tradicionales, inmersos ya en el ambiente de “presunción de inocencia” que impera en nuestro país, no parecen muy ocupados ni preocupados por la defensa de los problemas de los trabajadores. Porque esa es la función de los sindicatos. El SAT, aunque en la actualidad tiene alcance nacional e internacional, en Andalucía ha tenido siempre una presencia especialmente querida por necesaria. Donde el casi mitológico pañuelo de Sánchez Gordillo se da la mano con el rigor de Cañamero y las jóvenes generaciones, también ligadas a lo que sigue siendo nuestra principal forma de vida, el campo, ahí se ve un peligro que no es tal, pues la legitimidad de las reivindicaciones pacíficas de los derechos recogidos ya en convenios puede resultar hasta redundante, aunque no lo sea. Las madres conociendo que sus hijos han sido condenados por las redes sociales. Yo misma conociendo por la prensa que posiblemente perderé a un alumno por un incidente que presencié, y nadie me ha llamado todavía a declarar. Sólo voy a citar a dos de las personas que se encuentran ahora en una situación difícil. Andrés Bódalo, concejal del Ayuntamiento de Jaén, tal vez vea todos sus proyectos de vida truncados. Era posible que ocupara un escaño en el Parlamento tras el 20-D, con lo que ello hubiera supuesto para Jaén y provincia. Ángel González, estudiante de Filología, siempre comprometido con una enseñanza que sufre y que no deja de ver aparecer leyes como churros. El martes la comunidad universitaria se manifestó por Ángel.  Joven con la cabeza bien puesta, que sabe que vivir es algo más complicado que estar de macrobotellón o hacer exámenes. La sentencia se recurrirá.

    02 nov 2015 / 11:52 H.