Uno de cada cuatro coches no superó la ITV el pasado año

Enrique Rodríguez García desde JAÉN. Es el titular de una de las noticias publicadas por Diario JAEN el martes 19 de junio, con la que informan que casi 68.000 vehículos inspeccionados que pasaron por alguna de las siete estaciones de la provincia fueron rechazados por defectos graves en su funcionamiento.

    28 jun 2012 / 15:17 H.

    Todo usuario de un vehículo tiene que revisarle los distintos elementos esenciales para su buen funcionamiento y, sobre todo, para su propia seguridad y la de quienes viajan con él. Por eso, lo normal es que el cambio de aceite, filtros, revisiones de frenos, dirección, amortiguadores, neumáticos y demás, se hagan previamente a la inspección técnica de vehículos que periódicamente tenemos la obligación de pasar. También es lo normal que estas revisiones nos las hagan profesionales de la mecánica, electricidad o electrónica del automóvil al servicio de concesionarios oficiales y talleres autorizados, porque a nadie, o a muy pocos, se le va a ocurrir revisarse su propio vehículo, con la más que segura probabilidad de ser rechazado en la ITV y, fundamentalmente, correr el riesgo de poner en peligro su vida y la de los seres queridos que le acompañen como pasajeros. Aquí lo que choca a simple vista es que ese altísimo porcentaje de vehículos, el 25 por ciento, que supuestamente han sido revisados por sus propietarios en concesionarios oficiales o en talleres autorizados, sean rechazados por las estaciones de ITV de Jaén, todas, como las del resto de Andalucía, de la empresa Veiasa, porque eso puede darnos que pensar en que los técnicos de mecánica, electrónica y electricidad del automóvil de todas esas empresas especializadas, son unos chapuzas a los que les enmiendan la plana los supereficaces empleados de las ITVs gestionadas por Veiasa. Sin embargo, la realidad debe ser bien distinta a los datos que reflejan las estadísticas y puedo segurar que muchos de esos 68.000 vehículos fueron rechazados en la inspección técnica por la ineptitud, capricho y, sobre todo, pésimo servicio de los responsables de las ITVs Veiaseras, porque a mí, uno de los 68.000 supuestos infractores, el 4 de abril de 2011 me rechazaron la inspección de mi vehículo, el ya famoso range rover J-0840-Y, por un defecto gravísimo, cual era el haberle puesto por mi cuenta unos faros auxiliares de larga distancia. De nada me sirvió recabar la presencia del “ingeniero” de turno, porque el buen señor me trató de embustero, por no tragarme la bazofia de sus explicaciones, cuando le expliqué que mi vehículo salió así de fábrica, como demostraba el manual de instrucciones que le mostré, del que me comentó que podía haberlo adquirido en cualquier sitio.
    Land Rover España me envió el informe, que también habían trasladado a Veiasa en el mes de mayo y que le solicitaron con displicencia, en el que dejaban claro que los faros auxiliares del rage rover J-0840-Y iban incorporados antes de su matriculación en España y, por lo tanto, no podía habérselos colocado por mi cuenta. Reclamé ante la Delegación de Consumo y la de Hacienda, Innovación y Ciencia, que me dieron la razón, al tiempo que ordenaban a los que me putearon que no volvieran a hacerlo por el tema de los faros. Escribí al Defensor del Pueblo, que por cuarta vez me comunica no haber recibido explicaciones de la Administración por el atropello que cometieron conmigo. Mi vehículo no pasó la inspección técnica el día 4 de abril de 2011, como los otros 68.000, no porque adoleciera de un defecto grave, sino por la chulería de unas personas que prestan ese servicio público, que todavía no saben que ellos están para facilitarnos el cumplimiento de nuestras obligaciones y no para putearnos por capricho; que no quieren saber que, como ciudadanos españoles, somos poseedores de derechos que han de respetar en todo momento y, sobre todo, que no pueden faltarnos a ese respeto, insultándonos en nuestra propia cara, como si pudieran actuar con total impunidad. La Administración me ha dado la razón, como el Defensor del Pueblo. Land Rover España me ha pedido disculpas por las molestias que he sufrido indebidamente. Veiasa Jaén no ha tenido la humildad, sencillez, detalle o cortesía de reconocer su error. La soberbia con la que está acostumbrada a actuar culminó cuando su director, Brigido Catalán, se dirigió a mí en tono amenazante el día que pasaba la inspección de 2012, para que la periodista de Diario JAEN no pudiera realizar su trabajo, que no era otro que dar a conocer cómo funciona la ITV de Jaén. Le dije al ingeniero Juan Moreno que se acordarían de mí por lo me habían hecho y estoy cumpliendo mi promesa, pero no por orgullo y soberbia, como ellos acostumbran, sino por mi dignidad de persona y para que todos los que sean tratados como yo reclamen y luchen por sus derechos contra la ITV de Jaén o contra el Palacio del Pardo. Si no defendemos nuestra libertad y lo que de ella se desprende, no meremos llamarnos ciudadanos, si no más bien borregos.