Universitarios que eligen sus carreras 'a contracorriente'

Jesús Vicioso Hoyo /Jaén
Las estadísticas están ahí y los universitarios que desean conocer sus perspectivas de futuro una vez que completen sus estudios las pueden saber incluso antes de empezar. Bien es cierto que en tres o cuatro años la coyuntura puede cambiar y el listado de las carreras con más trabajo puede alterarse, a veces hasta considerablemente.

    19 ene 2012 / 17:28 H.

     Sin embargo, hay quienes dan de lado las posibilidades laborales y se centran en satisfacer las propias aspiraciones personales. Luego están los que, aun sabiendo que en cuanto al contenido de las materias puede ser menos atractivo, se decantan por hacer algo que ni siquiera una gran mayoría de los alumnos se plantea. Estos encuentran atractiva una salida con opciones de prosperar nada más obtener el título, e incluso antes de tenerlo entre las manos. Esta es la cara y la cruz de una misma moneda, la de los estudiantes que “nadan a contracorriente” y encuentran el lado más positivo a lo aparentemente negativo. Precisamente este espíritu, ya sea por razón vocacional o por motivo ocupacional, es el que muestra los extremos de una Universidad madura en cuanto a oferta, pero también sobre contenido. Porque en lo que coinciden tanto unos como otros es que se muestran satisfechos de hacer lo que hacen, pese a las dificultades que ello conlleva, ya sea durante la época del campus o después. 
    Según los principales estudios que se ocupan de los egresados universitarios, las carreras con mayores opciones de prosperar en el mercado de trabajo son Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería Industrial, la Medicina, Ciencias Económicas y sus vinculadas, como el caso de Estadística, que en la Universidad de Jaén se oferta desde el año pasado como grado en Estadística y Empresa. Hasta su reciente reconversión, se podía contar con los dedos de las manos el número de matriculados en la rama científica de las Matemáticas que “utiliza grandes conjuntos de datos numéricos para obtener inferencias basadas en el cálculo de probabilidades”, entre otras ocupaciones. En la actualidad, los nuevos estudios tienen más alumnos, pero considerablemente muchos menos en comparación con otros estudios con más “solera”, ya sea por unas razones o por otras.
    Los alumnos de Estadística y Empresa, a pesar de ser pocas docenas, nadan “a contracorriente”, por aquello de que es una línea universitaria con poca tradición y menos conocida aún. Sin embargo, la clase al completo de segundo curso muestra su satisfacción por hacer lo que hacen. El principal porqué es ciertamente el trabajo, pero no solo eso. “Al principio es una carrera rara, pero luego gusta”, explicó un alumno. “Sabes que tienes muchas cosas en las que poder trabajar, que somos pocos y que, al final, es un trabajo que aunque complejo llega a interesar mucho”, esgrime otra alumna. Muchos jóvenes reconocen que han llegado por casualidad a estos estudios pero, a la postre, les merece la pena estar en “algo diferente”.
    ¿Solo importan las salidas? En el grupo de estudios con más dificultades para lograr trabajo están  las mayoría de carreras de las ramas de Humanidades y parte de las de Ciencias Sociales. Tanto las filologías —salvo parcialmente la inglesa— como Geografía e Historia o Magisterio están abocadas a finalizar en oposiciones para ingresar en el cuerpo docente, especialmente en el de Primaria y Secundaria. Un concurso para el que hay que añadir, además de los propios de los grados, los meses —cuando no años— de preparación específica para conseguir una plaza, ya que este el principal destino de los que hacen estas carreras —a pesar de que, lógicamente, siempre haya algunos más, pero que la proporción es mucho menor—. Sin embargo, a pesar de las dificultades que esto entraña, carreras como Magisterio continúan con gran demanda de las nuevas hornadas de universitarios y en las que las notas de corte no están al alcance de todos los que superen la Selectividad, según la temporada.
    Está claro que hay una cierta navegación “a contracorriente” que si bien es muy singular, da más sentido a la riqueza científica y cultural de un país y una provincia que nunca antes había tenido tanto conocimiento.