Universitarios a la fuerza
Jesús Vicioso Hoyo /Jaén
Universitarios por la crisis. España también es una de las principales potencias de desempleo juvenil. El país de los cinco millones de parados es, paradójicamente, uno de los que más profesionales universitarios ha cosechado durante los últimos tiempos y, sin embargo, la coyuntura económica nacional y mundial provoca que por muchos graduados que haya, licenciados o diplomados, las salidas laborales para los universitarios sean casi testimoniales.

Universitarios por la crisis. España también es una de las principales potencias de desempleo juvenil. El país de los cinco millones de parados es, paradójicamente, uno de los que más profesionales universitarios ha cosechado durante los últimos tiempos y, sin embargo, la coyuntura económica nacional y mundial provoca que por muchos graduados que haya, licenciados o diplomados, las salidas laborales para los universitarios sean casi testimoniales.
Al no tener ocupación, muchos desempleados que tiempo atrás ya transitaron libros y apuntes de aula en aula por un campus universitario han regresado a las facultades para aumentar sus currículos. Los principales destinos de las nuevas “hornadas” estudiantiles son, sobre todo, los másteres y títulos de especialista que ahora se ofrecen desde que comenzase la convergencia europea con la implantación paulatina del Plan Bolonia. El anterior Gobierno de Rodríguez Zapatero fomentó estos transvases de las oficinas de empleo a los campus sufragando a determinados segmentos de personas sin ocupación los costes de las matrículas. Pero también hay alumnos que repiten la experiencia universitaria para hacer otra carrera diferente a la que ya poseían. En definitiva, cada vez son más los “mayores” que recalan en los pupitres por segunda (o tercera) vez.
Por lo general no se trata de una experiencia “fácil”, sobre todo para los que llevan más de dos o tres años ajenos al ámbito estudiantil. A estos son los que más trabajo les cuesta recuperar la rutina de las clases. Sin embargo, la madurez otorga un plus a los que regresan. No son nuevos en este ámbito y los cambios, a veces sustanciales en cuanto a la manera de recibir las antiguas lecciones magistrales o en el empleo de las nuevas tecnologías. A no pocos de los consultados por este periódico les sorprende el “increíble avance” servicios de los que disfrutan los estudiantes, en especial el campus virtual o la consulta del catálogo de la Biblioteca de la UJA desde casa a través de internet. Y otros consideran que en cada clase hay “lujos” totalmente impensables hace no tanto tiempo, como proyectores audiovisuales en la mayoría de las clases o la gran disponibilidad de medios de los que disponen los estudiantes, desde el servicio de préstamo de ordenadores portátiles hasta los organismos de apoyo educativo o laboral. Sin embargo, para otros reingresados en la Universidad no hay tanta “brecha” educativa, ya que no hace demasiado tiempo que abandonaron las clases.
En lo que todos coinciden es en la “confianza” que depositan una vez más en la institución educativa superior para que un currículo más completo se pueda traducir, en no mucho tiempo, en una ocupación profesional. Así que aprovechan su periodo de desempleo, que se prolonga en mayor o menor medida, para sumar en sus vidas en lugar de restar, aunque sea inmersos en plena crisis económica.