Unidad política y social en la despedida a Adolfo Suárez

La capilla ardiente del primer presidente del Gobierno de la democracia se convirtió en su primer día en el solemne salón de los Pasos Perdidos del Congreso en un gran escenario de consenso político y social, con la concurrencia de dirigentes de muy diversos ámbitos, una circunstancia que se valoró especialmente por parte de gran parte de los propios asistentes. La valorada figura del que abanderó el paso de la dictadura a la democracia consiguió, incluso después de su muerte, aunar en un mismo recinto a diferentes ideologías en apariencia irreconciliables. La presencia de dirigentes catalanes como Artur Mas o Pujol en un clima de normalidad representa el vivo ejemplo del talante conciliador que presidió el gobierno de Adolfo Suárez, además de una valentía y una altitud de miras tan necesarios en la convulsa época que le tocó llevar las riendas de este país. Nadie faltó, con la presencia de todos los jefes de Gobierno que le sucedieron en el cargo, unidos bajo un mismo sentimiento y sin síntomas de rencores o asuntos pendientes. Aunque los haya. Un ejemplo de normalidad que el ciudadano echa en falta en el crispado día a día de la política.
Ojalá sirva también como el primer paso de un nuevo camino, de una manera diferente de hacer política, tal y como el expresidente fallecido la entendía, siempre desde el diálogo y el consenso.

    24 mar 2014 / 23:00 H.