Unas vacaciones pensadas por y para los niños

Texto: Esperanza Calzado/fotografías: Rafael casas
Con la llegada del verano, a los padres se les plantea la dura pero, a la vez, divertida tarea de organizar las actividades estivales para toda la familia. Las vacaciones escolares son largas y conllevan un sinfín de quebraderos de cabeza para organizar la casa, el tiempo libre, el entretenimiento de los niños y, si se puede, una escapada para descansar que, en muchas ocasiones, tiene como destino final la playa. Y es que los meses de julio y agosto son la ocasión perfecta para disfrutar de los hijos, pero también de aquellos seres queridos con los que, por la distancia o por el ritmo frenético que marca el día a día, no se ha podido compartir tanto tiempo.

    08 jul 2012 / 10:32 H.

    Pero como prácticamente en todo en la vida, si no se organiza bien puede que alguno acabe saturado por el exceso de horas que pasan juntos, incluso, que se genere algún conflicto. Muchos padres buscan actividades para conciliar el horario laboral y el familiar; otros tantos, sin embargo, lo hacen para mantener a sus hijos entretenidos la mayor cantidad de horas posible, porque se hace cuesta arriba convivir después de un curso de horarios fijos, carreras, deberes... Este no es el caso de la familia Palomo-Latorre,  un ejemplo de armonía, de diversión constante y de unidad.
    Nada más subir por las escaleras de su bloque se escuchan los gritos de alegría de dos pequeños que están entusiasmados con los preparativos de las vacaciones. Son los hijos de Jesús Palomo y Trinidad Latorre. Pedro cumplirá, el 1 de noviembre, cuatro años y Mónica, tres el 7 de septiembres. Son la gran alegría de la casa y este año participan en la programación, lo que llena de ilusión a sus progenitores.
    Jesús y Trinidad se conocieron el verano de 2004, por mediación de unos amigos comunes. En diciembre de ese mismo año, la relación ya estaba más que consolidada y en mayo del siguiente decidieron ir a vivir juntos. No tardaron tomar una decisión muy importante y se dieron el “sí quiero”, el 4 de noviembre de 2006, en la parroquia de ella, San Juan. Además, el acto estuvo cargado de emotividad, porque lo celebraron en el Parador, donde trabajó el padre de Jesús, ya fallecido, toda su vida. Apenas un año después llegó Pablo y al siguiente, Mónica. Desde entonces, su estilo de vacaciones ha cambiado totalmente y se ha convertido en unos meses donde los pequeños son los verdaderos protagonistas.
    Cuando tuvieron a Pablo, las pasaron en Almería, pero con Mónica descubrieron Fuengirola (Málaga), un destino que repetirán este año. Así, las vacaciones de la familia Palomo-Latorre comenzarán, formalmente, el 23 de julio, cuando Jesús —funcionario de la Consejería de Educación— deje de trabajar. Tardarán poco en hacer las maletas porque el 26 marcharán a Madrid, a casa de la “tita” María Aurora, hermana de Trinidad. Ella es una “gran amiga” de los pequeños, hasta tal punto que prefiere sacrificar sus días de descanso para estar con ellos. El hijo mayor ha sido el causante de la selección de este primer destino estival. Le encantan los animales y los dinosaurios y una de sus grandes ilusiones es visitar el zoo de la capital de España. Sus padres no han dudado en “darle el gusto” y allí irán. Pero también tienen previsto acudir al parque de atracciones de la Warner, un espacio en el que, sin duda, disfrutarán de lo lindo. Y es que este tipo de espacios son ideales para los más pequeños. Por eso, Jesús y Trinidad ya tienen en mente llevar a sus hijos a Eurodisney París cuando tengan cinco y siete años. Ellos ya estuvieron en viaje de solteros, con dos de sus sobrinos, y salieron maravillados, por lo que quieren que sus niños también puedan disfrutar de esa oportunidad.
    El 30 de junio, aproximadamente, regresarán a Jaén y esperarán unos días para marcharse a su destino estival de los últimos tres años, Fuengirola. Lo harán sobre el 5 de agosto para evitar, tal y como bromea Jesús, la Operación Salida. El matrimonio está encantado con la costa malagueña y, sobre todo, con los apartahoteles a los que van siempre. Y es que, tal y como explican, para viajar con niños es mejor este tipo de alojamiento, donde los menores tienen sus propias habitaciones y disponen de cocina para preparar lo que sea necesario. “Es algo más caro, pero es mucho más cómodo”, asegura Trinidad, que escucha cómo su marido reconoce que cada vez son menos los hoteles que facilitan dos camas supletorias o que cuenta con comodidades para viajar con niños.  Mientras explican cómo se organizarán con las maletas, Pablo y Mónica no cejan en su entusiasmo por saber que este año irán a la playa, y para mostrarlo juegan con sus pistolas de agua.
    Estas vacaciones acabarán al principio de la segunda quincena de agosto, pero quien crea que la diversión se acabará está muy equivocado. Porque el matrimonio, ejemplo de organización y armonía, tiene perfectamente estructurado el día. Sobre las nueve y media de la mañana se levantan los niños y desayunan. Luego aprovechan para hacer algunas actividades escolares de verano, algo que Trinidad considera importante para que no pierdan el contacto con el ritmo del colegio. Después, los pequeños tienen la suerte de poder darse un chapuzón en la piscina hinchable instalada en la azotea de su bloque. Allí, los dos niños disfrutan de lo lindo, como demuestran las caras de alegría que ponen al subir. Las horas de las comidas y las cenas son, sin duda, los momentos más complicados, cuando Jesús y trinidad se tienen que repartir la tarea para sentar a la mesa a cada uno de ellos. Aunque son muy independientes, siempre necesitan a sus progenitores para echarles una mano. Con la llegada de la tarde toca paseo y, como ironiza Trinidad, la visita a los parques de juegos. “Es imposible esquivarlos, porque ya se saben dónde están”, bromea la madre, que también explica que aprovechan para visitar a las abuelas o a los tíos.
    Cuando llega el fin de semana, una diversión más se suma a la lista. Muchos sábados y domingos marchan a La Bobadilla, en Alcaudete, a la casa de campo de la abuela Mercedes, madre de Jesús. Disponen de piscina y se han hecho muchas de las fotografías que quedarán para el álbum familiar.
    Todo este recorrido supondrá un desembolso de entre cuatro mil y cinco mil euros, una cantidad que el matrimonio reconoce que no todo el mundo se puede permitir. Ellos pueden hacerlo porque no tienen hipoteca, un aspecto que les infunde una enorme tranquilidad. Pero además, tan bien se organiza la familia Palomo-Latorre que, incluso, se lían la manta a la cabeza y, entre viaje y viaje, aprovecharán para hacer las reformas de la casa. Pintarán, cambiarán muebles del salón, del dormitorio de matrimonio y dos de la cocina. No le tienen miedo porque, como dice Jesús, con paciencia y organización las vacaciones siempre son fantásticas.

    Ir de vacaciones a pesar de contar con pocos recursos

    Con la crisis, cada vez son más las familias que afinan para encontrar unas vacaciones divertidas y relativamente baratas. Y es que desembolsar mucho dinero en estos meses de julio y agosto se ha convertido en algo tabú para muchos españoles. A continuación, una serie de consejos para ahorrar algo durante los meses estivales sin tener que renunciar a un destino atractivo y a actividades amenas:
     
    1Pasar las vacaciones en el pueblo, una tendencia que se había perdido un poco en España y que ahora cobra fuerza. Una de las ventajas principales es que, en estos casos, lo corriente es contar con una vivienda donde alojarse. Esto supone, además, reducir complicaciones en los preparativos, ya que, normalmente, el lugar donde se va cuenta con todas las facilidades.

    2Alquilar en lugar de reservar en alojamientos hoteleros. Una opción más económica es contratar una casa rural o en una playa cercana. Si se opta por esta opción se consigue gastar menos dinero y el ahorro es aún mayor si se hace en grupo o en familia. Además, con esta alternativa también se puede cocinar, lo que supone no tener que acudir cada día a restaurantes.

    3Elegir destinos turísticos cercanos al municipio en el que se reside. Una buena herramienta es tener a mano un calendario de las fiestas y ferias de los pueblos de España, de manera que se puede hacer una ruta que permita conocer la geografía ibérica, a la vez que disfrutar de momentos divertidos e inolvidables.

    4Utilizar los buscadores de internet. Cada vez es más habitual que se opte por la Red para contratar las vacaciones. Y es que las ofertas que se encuentran en el mundo virtual son, en muchas ocasiones, mejores que la de los operadores turísticos. Es interesante inscribirse para recibir correos electrónicos con ofertas sobre posibles destinos turísticos en sitios como expedia.com, Travelocity.com trip.com. así como con varias aerolíneas y  hoteles. Además, cuenta con la ventaja de no tener que pagar los gastos de gestión.

    5Una vez que el viajero haya llegado a su lugar de destino, es importante comunicarse con las oficinas de turismo, cámaras de comercio y centros de visitantes. En ocasiones disponen de cupones de descuento para restaurantes, hoteles y atracciones locales y, principalmente, le ofrecerán ideas sobre actividades. Además, le guiarán sobre dónde comer o cenar la gastronomía autóctona de forma más barata.

    6Hacer un presupuesto de las vacaciones. Aunque pueda sonar algo restrictivo, atenerse a él es fundamental. Otra buena idea es la de utilizar una “hucha” para el verano del año que viene. Lo mejor es depositar una cantidad fija cada mes a partir del mismo día en que se regrese de las vacaciones de este año. Ver cómo crece el saldo contribuirá a disfrutar del descanso del año siguiente.

    7Si la opción de este año pasa por ir en coche hasta el lugar de destino, hay otros aspectos que tener en cuenta. Salir temprano en la mañana en vez de después del trabajo para ahorrarse una noche de hotel. Llevar comida para comer en el camino. Buscar la gasolinera más barata para llenar el depósito.