Unas jornaleras en lucha

Una concentración reunió a más de ciento cincuenta personas —principalmente de sexo femenino— para protestar, en Navas de San Juan, contra la ausencia de la mujer en los tajos olivareros. La movilización, que se celebró en la Plaza del Ayuntamiento, fue promovida por Esperanza Haro y Estrella y Mercedes Quirante. El grupo permaneció en el lugar durante alrededor de tres cuartos de hora con diversos carteles y pancartas. Aparte, se leyeron textos sobre la cuestión.

15 nov 2015 / 09:42 H.


Esperanza Haro manifestó a Diario JAÉN que se trataba de reivindicar los derechos de las jornaleras. “La campaña está ahí y no quieren a las mujeres, cuando toda la vida hemos trabajado en la recolección”, dice la navera. En opinión de las participantes en la concentración, los empresarios usan como excusa la maquinaria, cuando las temporeras aseguran que son iguales de capaces que un hombre de manejar, por ejemplo, una sopladora.
Haro afirma que se trata de una “discriminación absurda”, máxime cuando se trata de la única ocupación existente. Añade que el problema se repite en otros municipios de el Condado y la provincia de Jaén. “Antes, toda la familia comía de la agricultura. Ahora, con suerte, una persona y es varón. Las mujeres no pintamos nada”, se queja. La situación es más grave —subraya— en el caso de familias monoparentales femeninas. “Es injusto. No hay alternativa. Con el tiempo, el pueblo emigrará”, avisa la vecina de Navas.
A juicio de las convocantes de la protesta, es cierto que no puede obligarse a los patrones a contratar a féminas, aunque sí sería posible que en las subvenciones europeas se estableciera una ayuda para incorporar a temporeras e incluso que hubiese un sistema que favoreciera a los empresarios que lo hicieran y penalizara a los que las discriminaran. Por otro lado, las convocantes agradecen el apoyo del alcalde, Joaquín Requena, y distintos partidos.
En los próximos días, antes de que la actividad en los tajos se generalice, las afectadas por la falta de trabajo pretenden echar el resto e insistir en sus peticiones y en su denuncia de la “injusticia”. Alertan de que la falta de dinero redundará de manera negativa en las tiendas y otros negocios. “Si no hay ingresos compramos lo mínimo”, asegura Esperanza Haro, quien apunta que el año pasado ya se vio cómo se desechaba a las olivareras pero que no se levantaron menos quejas porque la campaña resultó bastante escasa.