08 dic 2015 / 10:10 H.
De la frialdad del dinero, a la calidez de la cultura y el arte. De una mirada extraña desde el exterior, a un agradable recorrido por las entrañas del que fuera el Banco de España. Después de que la obra del afamado arquitecto Rafael Moneo fuera “despertada” de un sueño de diez años, el pasado 30 de marzo, el arte y la historia atrajeron a cerca de 5.000 personas —concretamente, 4.950—, según informa a este periódico el Ayuntamiento. Curiosos por conocer el interior del “búnquer”, así como amantes de la historia y de la cultura, se adentraron en el edificio de Moneo. Entre los visitantes destacaron grupos de escolares y familias procedentes de la provincia.
La concejal de Cultura, Francisca Molina, manifiesta su “satisfacción” por las numerosas visitas que, desde que se abrió al público, ha tenido el edificio del Banco de España. Asimismo, recuerda que las instalaciones pasaron a ser propiedad de la ciudad “gracias al compromiso del Gobierno estatal”. En este sentido, Francisca Molina resalta la decisión que se tomó para otorgarle un uso cultural al edificio que cuenta con una sala de exposiciones y la muestra sobre la cultura ibera de La Caixa. Un espacio que ha sido escenario de distintas actuaciones.
En este sentido, la titular de Cultura avanza que desde el Patronato ya están inmersos en la organización de nuevas actividades culturales en la emblemática construcción. “Muchos jiennenses y escolares disfrutado de estas instalaciones y sus ofertas culturales”, apunta Molina.
Aunque se hizo esperar, la construcción abrió sus puertas después de una dilatada polémica con la Administración andaluza. Y es que, hasta última hora, el edificio iba a ser la nueva sede el Conservatorio Superior de Música. Sin embargo, las necesidades que solicitó la Consejería para hacer realidad el centro educativo chocaron contra el que ya era propietario del edificio, el Ayuntamiento, que se empeñó en ubicar allí el archivo histórico y administrativo municipal.
Así, mientras que la Junta de Andalucía “se ponía las pilas” con el futuro Museo de Arte Ibero —a unos metros de la construcción de Moneo—, en el interior del que fue el Banco de España se exponía la colección “Íberos. Nuestra civilización antes de Roma”. Una muestra, donada por La Caixa, que recorrió medio centenar de ciudades y que fue conocida por 1.600.000 visitantes.
También, detrás de sus cúbicos muros de hormigón y acero, el Ayuntamiento logró cumplir su propósito, con la ubicación de uno de los tesoros de la capital, el archivo histórico y administrativo de la ciudad. En las dependencias municipales, el arte cuenta con su propio espacio. Así, el día de la reapertura del edificio, la sala expositiva contó con una colección temporal del pintor jiennense Alfonso Parras, en la que los visitantes pudieron disfrutar de las obras del creador, entre ellas la pastira que pintó para rendir un homenaje a la Asociación Lola Torres.
Preparado para nuevos contenidos, el edificio de Rafael Moneo está abierto con los iberos y el archivo.