"Una sola vida humana vale másde 600.000 euros"
Firmeza absoluta. Los promotores de la movilización para exigir un “puente digno” sobre el Guadalquivir entre Campillo del Río y Vados de Torralba no ceden en su reivindicación. Al encierro vecinal, que ya supera su tercera semana, se une hoy una manifestación por Jaén capital. La idea es entregar en las sedes de la Diputación —el punto de partida—, la Confederación y la Subdelegación del Gobierno las más de nueve mil firmas recogidas. La marcha transcurre entre las diez de la mañana y las doce del mediodía.
Se espera la presencia de al menos un millar de personas, llegadas desde varios municipios afectados.
El portavoz de la Plataforma por un Puente Digno, Jesús Moreno, en la línea del lema de la protesta, asegura, en referencia al coste que, según los cálculos de la Diputación, tendría la obra: “Una vida vale más de seiscientos mil euros”. El responsable cifra a los perjudicados en más de siete mil, distribuidos entre los municipios de Torreblascopedro —donde está Campillo—, Villatorres —sobre todo Vados de Torralba y Torrequebradilla—, Mancha Real —Sotogordo— y Lupión. Moreno asevera que las consecuencias son múltiples en la vida cotidiana de los vecinos de los alrededores. Por ejemplo, se ha perdido el autobús que unía Campillo con Jaén, los jóvenes tiene que ir a la capital en autostop y se encarecen los costes del transporte de los productos agrícolas. Por otro lado, cuando hay crecidas quienes desean pasar a la margen izquierda del Guadalquivir deben retroceder hasta Bailén y dar un rodeo de unos cuarenta kilómetros, a lo que hay que unir el trayecto de vuelta. “Esto, en definitiva, nos paraliza el desarrollo económico”, dice. Las consecuencias negativas se dan para otros desplazamientos como los sanitarios o las educativos.
Algunos habitantes del entorno califican de “tercermundista”, el puente-vado, un adjetivo que extienden a la red de caminos de los alrededores. De acuerdo con la plataforma, a pesar de la controversia que existen sobre quién es competente para acometer la ejecución de la obra, la Diputación debería asumirla, aunque luego repercutiera el coste, bien de buen grado o mediante un pleito, en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Los vecinos asistieron a un pleno del organismo provincial y promovieron, recientemente, una marcha.
En cuanto al encierro, los protagonistas siguen con la moral alta y avisan de que no lo abandonarán sin que haya solución. Entre quienes hacen su vida cotidiana en el edificio municipal se encuentra el alcalde de Torreblascopedro, Juan María Ruiz. Cuando acaben las campañas de recolección actuales, el número de participantes ascenderá. La colaboración es tal que los protagonistas están sobrados de víveres.
El portavoz de la Plataforma por un Puente Digno, Jesús Moreno, en la línea del lema de la protesta, asegura, en referencia al coste que, según los cálculos de la Diputación, tendría la obra: “Una vida vale más de seiscientos mil euros”. El responsable cifra a los perjudicados en más de siete mil, distribuidos entre los municipios de Torreblascopedro —donde está Campillo—, Villatorres —sobre todo Vados de Torralba y Torrequebradilla—, Mancha Real —Sotogordo— y Lupión. Moreno asevera que las consecuencias son múltiples en la vida cotidiana de los vecinos de los alrededores. Por ejemplo, se ha perdido el autobús que unía Campillo con Jaén, los jóvenes tiene que ir a la capital en autostop y se encarecen los costes del transporte de los productos agrícolas. Por otro lado, cuando hay crecidas quienes desean pasar a la margen izquierda del Guadalquivir deben retroceder hasta Bailén y dar un rodeo de unos cuarenta kilómetros, a lo que hay que unir el trayecto de vuelta. “Esto, en definitiva, nos paraliza el desarrollo económico”, dice. Las consecuencias negativas se dan para otros desplazamientos como los sanitarios o las educativos.
Algunos habitantes del entorno califican de “tercermundista”, el puente-vado, un adjetivo que extienden a la red de caminos de los alrededores. De acuerdo con la plataforma, a pesar de la controversia que existen sobre quién es competente para acometer la ejecución de la obra, la Diputación debería asumirla, aunque luego repercutiera el coste, bien de buen grado o mediante un pleito, en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Los vecinos asistieron a un pleno del organismo provincial y promovieron, recientemente, una marcha.
En cuanto al encierro, los protagonistas siguen con la moral alta y avisan de que no lo abandonarán sin que haya solución. Entre quienes hacen su vida cotidiana en el edificio municipal se encuentra el alcalde de Torreblascopedro, Juan María Ruiz. Cuando acaben las campañas de recolección actuales, el número de participantes ascenderá. La colaboración es tal que los protagonistas están sobrados de víveres.
