Una situación inadmisible que no puede sostenerse en el tiempo

Lejos de remontar, el precio del aceite sigue por debajo de la barrera de los dos euros y, lo que es peor, con una tendencia clara más a continuar así que a experimentar algún repunte a corto plazo. La situación es inadmisible e insostenible, porque castiga de manera directa al motor de la economía jiennense, a un cultivo que, por encima de cualquier consideración, tiene una repercusión social fuera de toda duda.

    07 mar 2009 / 10:04 H.

    No se puede mirar hacia otro lado y pensar que, si no se vive del aceite, este problema no te va a afectar, porque semejante razonamiento es mezquino. La cotización media de febrero ha sido de 1,87 euros por kilo en origen, un precio que para los olivareros supone un perjuicio que no puede mantenerse, porque les conduce única y exclusivamente a la ruina segura. Desde organizaciones agrarias se critica que algunas grandes superficies venden en sus lineales aceite de oliva por debajo de precio de coste, un reclamo para atraer compradores que, según sostienen, representa una clara competencia desleal. Se ha denunciado, es de todos conocidos, por eso toca a las administraciones competentes mover ficha y actuar, si es así, para atajar la situación y castigar a quienes lo propician. Desde el frente institucional el único camino es actuar con la ley en la mano y, si se demuestran las acusaciones de los oleicultores, hay que poner coto cuanto antes. Pero, asimismo, desde el propio frente de los productores, es fundamental continuar por la línea emprendida de la unidad, de la suma de esfuerzos, dejando de lado de una vez escrúpulos del pasado. No puede haber una atomización tan radical como la que todavía se sostiene, con más de trescientas almazaras que salpican la geografía provincial. El olivarero tiene que actuar y no dormirse en los laureles. Sólo así tendrá fuerza moral para exigir ayuda a la Administración, que no puede ser el padre salvador toda la vida.