Una sentencia del TSJA obliga al cierre del tanatorio de Begíjar

Nuria López Priego / Jaén
Se opusieron a su apertura por tres motivos: no respetaba el Reglamento de actividades insalubres, era una edificación ilegal de acuerdo con el PGOU y su uso no estaba permitido en el centro. Pese a ello, el Ayuntamiento de Begíjar dio en 2002 licencia de obras para un tanatorio cuyo cierre definitivo acaba de ser decretado por la Justicia.

    25 ago 2009 / 10:38 H.

    El fallo es irrevocable y contra él no cabe recurso posible alguno. La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dictó, el 17 de julio, “la nulidad de la licencia de obras concedida por el Ayuntamiento de Begíjar para la construcción de una sala de velatorios” en el centro del municipio “por no ser conforme a derecho”.
    Esta resolución judicial llega tras siete años de protestas vecinales y significa el cierre “definitivo” de una actividad contra la que los vecinos de las inmediaciones de la calle Miguel Hernández se opusieron desde que el Ayuntamiento inició la tramitación favorable del expediente. Alegaron que una actividad así “no respetaba las previsiones del Reglamento de Actividades Molestas, Peligrosas e Insalubres —que no había sido aplicada por el Ayuntamiento—, además de que, de acuerdo con el PGOU, en la fecha de la licencia sólo se permitía el uso residencial, unifamiliar y plurifamiliar, no el industrial, como erróneamente partía la licencia”. Y añadían que “la actividad de tanatorio no podía calificarse de sanitaria”.
    Pero no sirvió. “Desoyendo las protestas” —apostilla la abogada de los vecinos, María Dolores Muñoz Perales—, el Ayuntamiento otorgó la licencia. Fue el 4 de noviembre de 2002. Ahí comenzó un periplo judicial en el que se embarcaron veintiún vecinos y que acaba con esta sentencia del TSJA que declara nula la licencia y ratifica otro fallo anterior del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Jaén.
    Los dueños del tanatorio de Begíjar tendrán un plazo de 20 días para el cierre voluntario, a partir del próximo 1 de septiembre. “El problema es que la actividad del tanatorio va en función de los fallecimientos y tendremos que esperar al primer deceso que se produzca para ver si se cumple la sentencia o no. Si no, estudiaremos solicitar una indemnización al Ayuntamiento por la concesión de esa licencia y la posibilidad de reclamar daños”, indica la letrada.