Una queja
Desde Jaén María Isabel León Luque . La enfermedad y la indiferencia de algunos servidores de las urgencias médicas en Jaén:
En el imaginario social, una persona enferma en un grado elevado, en situación de emergencia, debe acudir a urgencias. Afortunadamente y por esta agradecida salud que me acompaña no he visitado mucho este tipo de servicios.
En el imaginario social, una persona enferma en un grado elevado, en situación de emergencia, debe acudir a urgencias. Afortunadamente y por esta agradecida salud que me acompaña no he visitado mucho este tipo de servicios.
En la tarde del martes día 24 acompañé a mi pequeño amigo de 4 añitos con una otitis recurrente de 5 días de supuración. Acudimos en primer lugar al Neurotraumatológico, ya que allí se encuentra el recurso de Otorrino y en ocasiones anteriores dada la resistencia del pequeño a mucha clase de antibióticos, habían puesto uno de origen hospitalario, tras hacerle un cultivo. Sentados al filo de la silla de la consulta del médico, al que solo le falto darnos un par de “patadas en el culo”, sin mirarnos a la cara prácticamente, menos el oído del niño, al que ni se le acercó para explorar. Nos envió al servicio de Urgencias del Materno Infantil, donde volvimos a ser atendidos por el Pediatra de urgencias, éste sin escuchar mi discurso, recetó un antibiótico cualquiera, conociendo a través de mí la resistencia del niño a muchos tipos de estos fármacos. En fin, metafóricamente, fuimos el niño y yo dos pelotas en un partido de tenis, de un servicio a otro, que no resolvieron absolutamente nada, que seguimos en el mismo punto que estábamos y que ahora mismo busco otorrino privado, porque algunos servidores públicos están en crisis como España y este menor no puede ser víctima de ese desconcierto.