Una provincia digna de visitar
Pedro Olmedo Morales desde Jaén. Con la llegada de una nueva edición de Fitur, no he podido resistirme a la tentación de escribir unas humildes líneas en favor de los encantos de mi tierra y de sus gentes. Jaén como provincia de interior, la gran desconocida, la cenicienta de Andalucía, debe sobreponerse a todo con amabilidad, dándose a los turistas que nos visitan, tanto nacionales como extranjeros, demostrándoles que a simpatía y amabilidad no nos gana nadie.
Con esta innata hospitalidad que tenemos los jiennenses, debemos saber hacerla sentir a todos y cada uno de los visitantes que pasan por nuestra provincia. Todo esto, más la promoción de los hoteles y restaurantes de nuestra provincia, tanto en calidad como en precios y buen servicio. Con las administraciones colaborando para que todos los monumentos, museos, etcétera estén abiertos todos los días e implicándose en lograr infraestructuras para la comunicación, tanto de Renfe como de autobuses, para tener acceso a nuestra provincia. Siempre que he tenido la oportunidad de intercambiar opiniones con gente de fuera, lo primero de la conversación era que tenían ganas de conocer Cazorla, Segura y Las Villas, así como Úbeda y Baeza. De Jaén capital solamente tenían conocimiento de la Catedral. Yo siempre les he dicho que además de esta hay unos Baños Árabes que son una maravilla y dignos de ser visitados, un museo de arte ibero que, para mí, es el mejor de toda España, un parador de turismo con unas vistas en un lugar privilegiado, que todo el que lo visita se queda maravillado, un casco antiguo donde existen unas tascas de tapeo con unos precios razonables, envidia de muchos que nos visitan.
Luego, y con más tiempo, la provincia tiene unos pueblos tan pintorescos como Torres, que está a 15 minutos de Jaén. Yo he visto pueblos bonitos, pero pocos como Torres, con sus campos de cerezas y un lugar de recreo, la Fuente Mayor, en un entorno de Sierra Mágina mágico, trasladándose el visitante a una época anterior, con una gastronomía autóctona y unos vecinos acogedores, nobles y con una fiesta que a mí me cautivó, llamada la de los jornaleros.
A pocos kilómetros se encuentra Jimena, el pueblo de las brevas, con su ermita de la Virgen de los Remedios y su pilar de los siete caños, donde se celebran las famosas verbenas de Canava y donde es obligatorio que el hombre vista de traje y, la mujer, con mantilla y vestido largo de fiesta, Esta verbena se celebra del 7 al 10 de septiembre. Siguiendo por estos pueblos tan pintorescos y poco conocidos, incluso para mucha gente de Jaén capital, nos desplazamos a Bedmar o a Albanchez de Mágina. Bedmar, con su ermita de la Virgen de Cuadros; Albanchez, con su castillo presidiendo el pueblo majestuosamente.
Seguimos por Sierra Mágina y nos paramos en Pegalajar, con su charca y su cueva restaurante, y Mancha Real, un pueblo más moderno, hecho a sí mismo por sus habitantes trabajadores y emprendedores donde los haya, aunque, a pesar de esto, en estos tiempos de crisis tan malos para todos, muchas empresas han tenido que cerrar. Yo estoy seguro de que se levantará para ser, como ha sido, el espejo donde se han mirado muchos pueblos de Andalucía y de España.
En Mancha Real es obligatorio visitar la iglesia de San Juan Evangelista y disfrutar de su hoguera de San José. En fin, para no extenderme tanto, todos los pueblos de Jaén son dignos de ser visitados. Estoy seguro de que nunca defraudarán al forastero que los visite.
Premio Andalucía Turismo 2012