Una provincia con mucho corazón

Pepi Galera
Jaén es una provincia solidaria, una tierra con mucho corazón. Al menos, así lo dicen las estadísticas. Cerca de 30.000 jiennenses son voluntarios de las más de doscientas entidades que trabajan en diferente ámbitos de la sociedad. De hecho, Jaén es la tercera provincia en cuanto a número de entidades y voluntarios. Sólo está por detrás de Sevilla —en la que la cifra de habitantes no es comparable— y Cádiz. Pero, la idea de que un voluntario es sólo el que trabaja en el área de ayuda social en alguna de sus modalidades, es muy equivocada.

    16 may 2010 / 10:03 H.

    Las entidades de voluntariado son muy variadas por su ámbito de acción, desde las que trabajan con personas en riesgo de exclusión, hasta las medioambientales, pasando por las culturales, deportivas y educativas. La idea que gira en torno a ellas es la misma, la colaboración para cohesionar la sociedad, en la que unos ciudadanos se apoyan en otros para desarrollarse. Tal y como afirma el coordinador provincial de la Agencia Andaluza del Voluntariado, José Ruiz Villar, la importancia del movimiento voluntario en Jaén radica en su función de vertebrar la sociedad jiennense.
    Los terrenos en los que se puede mover un voluntario son muy amplios y diversos. Desde programas de prevención o de asistencia directa a los colectivos sociales más desfavorecidos, hasta programas de sensibilización o de apoyo a las tareas administrativas de las organizaciones. Así, en la provincia de Jaén se pueden encontrar, entre las entidades inscritas en el Registro General de Entidades de Voluntariado de la Consejería de Gobernación, desde asociaciones de vecinos y de padres y madres de escolares, hasta asociaciones deportivas y de defensa de los animales y el Medio Ambiente. Como ejemplo de este último tipo de voluntariado y su importancia en la provincia de Jaén, se puede destacar que, el año pasado, Jaén, con 45 asociaciones y 63 tramos de ríos analizados, fue la provincia con más participación de Andalucía en el programa Andarríos. Este consiste en que cada grupo de voluntarios agrupados en una asociación “adoptan” un tramo de río para su limpieza y diagnóstico medioambiental. 
    Por otro lado, tampoco hay una única forma de ser voluntario y no hay una definición universal que los aglutine a todos. Cada uno de ellos se mueve por motivaciones diferentes, persigue fines distintos, ya que, en definitiva, es una persona distinta con diferentes ideas y comportamientos. Así, resulta difícil dibujar un perfil del voluntario jiennense sería difícil. De los más de 29.000 que hay, algo más de la mitad son hombres (en torno a los 15.000). En cuanto a los ámbitos de trabajo, las áreas más solicitadas son la social y la educativa, ya que cerca de 200 entidades trabajan en ellas. No obstante, sí se puede establecer el conjunto de características, que de modo general, conciernen a todos y son que se comprometen de forma desinteresada a ayudar a otro y lo hacen, generalmente, con capacidad de actuar dentro de una institución o proyecto. Aspectos como la responsabilidad, la constancia y la motivación del voluntario hacia las tareas que se le encomienden son imprescindibles para que la relación voluntario-organización sea fructífera y ambas partes tienen que implicarse para que esto sea posible. 
    Es destacable, por otro lado, la importancia de los más jóvenes en las tareas de voluntariado. Por ejemplo, cada vez son más los universitarios que participan en diferentes proyectos a través de la Oficina de Voluntariado de la Universidad de Jaén. “Este servicio funciona desde el curso 2002/2003 y ya tiene establecidos convenios de colaboración con setenta asociaciones de toda la provincia, a través de los que se atienden sus demandas de voluntarios. En este curso, ya se han derivado unas cuatrocientas personas, cifra que supera la alcanzada el año pasado, unas 360”, destaca el técnico de la oficina de Voluntariado, Daniel Polo. “Lo que es cierto es que cada vez los estudiantes nos conocen más y se acercan a informarse. Cada curso, podemos atender a unos ochocientos”, señala. “También es destacable que el voluntario universitario es muy estacional. En épocas de exámenes o vacaciones, se nota un descenso”, añade. “Si hay que definir un perfil, sería el de una mujer que estudia titulaciones de Ciencias Sociales como Psicología, Magisterio o Trabajo Social u otras más científicas como Biología o Ambientales”, afirma. Una cantera de voluntarios que enriquecerá aún más una sociedad solidaria y muy volcada con su entorno.