Una promesa: acabar con los cuidados gratuitos

Toda ley debe ir acompañada de presupuesto. Es una de las cuestiones que defendió Micaela Navarro durante su conferencia en el encuentro “Jaén, Nuevo Milenio”. Se refería, de esta forma, a la dependencia, un sistema que elogió en Andalucía y que propuso imitar más allá de Despeñaperros. “Apostar por la erradicación de la violencia es apostar por la igualdad de oportunidades, algo que tiene que ver con el desarrollo de la Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia”, subrayó.
En este sentido, dijo que nada tiene que ver la crisis con la sostenibilidad de esta normativa: “No es verdad. Si se invirtieran los recursos necesarios que se corresponden con el ahorro que supone el trabajo gratuito de las familias, estaríamos consolidando derechos y liberando a las mujeres de ese trabajo convirtiéndolo en empleo y haciendo viable la inversión en la ley de dependencia”. Ese es el modelo que propuso a partir de las elecciones generales, en contraposición con el que impera, dijo, en la actualidad. Lamentó: “Fuimos las últimas en incorporarnos al trabajo y las primeras en ser expulsadas, y eso luego tiene sus consecuencias cuando llegue la hora de cobrar una pensión. Es una precariedad económica que se arrastra el resto de nuestras vidas”.
De esta forma, hizo hincapié en los modelos de sociedad, que son los que determinan si habrá oportunidades o no. Y puso un ejemplo: “Si desde la democracia se decidió que hubiera becas, por qué ahora se ha decidido que no hace falta tantos universitarios; eso lo ha dicho el ministro nuevo, no Wert. Cuántas familias han visto cómo sus hijos tenían que volver porque no tienen recursos para terminar la carrera. A mí esa música me suena, pero creía que ya no tendría que volver a escucharla”.
Micaela Navarro dejó claro a los asistentes al desayuno: “Esas decisiones son las que marcan la diferencia”. También fue crítica en este apartado: “El modelo de la derecha es unos pocos privilegiados y muchos empobrecidos, una política dictada por una minoría acomodada que ha puesto en peligro el Estado del Bienestar que tanto nos costó. Un modelo ineficaz, que considera inevitable la desigualdad”. Y contrapuso esta forma de hacer las cosas con su planteamiento: “Los socialistas no creemos que la desigualdad sea una maldición bíblica. El modelo socialista se construye al servicio de la ideología de la igualdad, la libertad, la solidaridad y la justicia social. Un modelo que se refleja en cada una de las etapas vitales de las personas”.
Micaela Navarro habló largo y tendido de un modelo socialista que, dijo, “nació y vive al servicio de la mayoría”. Agregó: “No es estático, crece pensando en la gente para blindar la universalidad de la educación pública, la dignidad de quienes se benefician de la dependencia, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”. Fue entonces cuando elogió el trabajo que realiza Susana Díaz en Andalucía: “Aquí tenemos el mejor ejemplo de un gobierno comprometido y sensible”. La líder socialista promovió la libertad para que toda persona pueda llevar a cabo su proyecto vital, igualdad de condiciones y justicia para tener aseguradas las necesidades más básicas. “Este es el horizonte de esperanza en el que creemos los socialistas y que queremos compartir con una amplia mayoría social”, concluyó.

26 nov 2015 / 11:43 H.