Una primera piedra como esperanza de estímulo industrial

El simbólico acto de colocación de la primera piedra de la nueva fábrica de productos elaborados de Dhul supone no sólo la escenificación del comienzo de unas esperadas obras, sino el rayo de esperanza laboral que necesitaban los setenta y cinco ex trabajadores de Primayor que serán recolocados en ella. Después de las protestas de los últimos meses por el retraso acumulado en el inicio de las labores, es de esperar que a partir de ahora se acelere el proyecto. La construcción ya está en marcha y cuenta con un presupuesto que ronda los cincuenta millones de euros. La iniciativa empresarial es de una especial importancia porque dará empleo a alrededor de trescientas cincuenta personas, de forma directa e indirecta, una noticia más que buena en los tiempos que corren, además de revitalizar el tejido industrial de manera notable. La factoría se encuentra en el Nuevo Polígono y ocupará una superficie de cien mil metros cuadrados, con el aliciente añadido de que usará materias primas de la zona para crear sus productos. Desde la propia firma se ha puesto de relieve su interés por comenzar a funcionar cuanto antes, por lo que la ejecución de los trabajos se acometerá en tres fases, una primera dedicada a hacer ensaladillas y platos precocinados, para después aumentar a más variedad de modo paulatino. Nace con vocación de crecer y llega con el aval de una compañía que factura al año 115 millones de euros. Queda todavía pendiente la instalación de Proasego, la otra empresa que tiene previsto absorber al resto de parados de la antigua Molina. De los ciento cuarenta asalariados que quedaron en la calle, a los que, en gran parte, ya no les queda paro, ahora son setenta y cinco los que saben que, en un plazo de veinte meses, podrán trabajar de nuevo. Proasego, que mantiene su compromiso, debe dar el paso de empezar a instalarse también en breve, para tranquilidad de toda la plantilla de la extinta cárnica.

    24 ene 2010 / 10:32 H.