Una pequeña dosis de Arte que emerge en Jaén

Claudia Sánchez /Jaén
Las salas temporales del Museo Provincial son el principal lugar expositivo  de una veintena de artistas, independientes o vinculados a galerías, que componen la cuarta feria Art Jaén, que concluye hoy. Las tres ediciones anteriores consecutivas, en 2007, 2008 y 2009, se mostraron en el recinto de Ifeja.

    29 feb 2012 / 17:15 H.

     Ahora cambia totalmente el sentido y la orientación de esta feria, que es mucho más reducida; intencionadamente se distribuye por el centro de la ciudad y el museo, con performaces en sus plazas más históricas.
    Antes, cada galería ofrecía un mosaico de las obras que promocionaba; ahora, cada galería viene con dos o tres obras de un solo artista por el que apuesta. La nueva edición queda reducida en espacios y contenidos y trata de sorprender por las calles al viandante. Caso de los desnudos junto a la Catedral de “Metamorfosis” de Marc Montijano, que no pasarán desapercibidos. Se convierte así, en una feria manejable,  en la que se produce una depuración de los espacios expositivos justificada por criterios de flexibilidad, dinamismo y unos planteamientos más selectivos. Vender arte en el tiempo de crisis actual forma parte de la paradoja y del propio concepto en que esta nueva versión de la feria accede a una ciudad pequeña y provoca el encuentro con sus habitantes. Hoy, como último día, será el momento de realizar las ventas. En varias galerías estaba a mano el listado de obras con precios que oscilaban entre los 400 y los 5.000 euros.
    visitas familiares. Las ferias suscitan la curiosidad y la gente acude a su llamada, independientemente, del valor de las obras expuestas. En esta ocasión el reclamo sirve para que se conozca el Museo de Jaén y las interesantes obras artísticas y arqueológicas que alberga. Muchos de los visitantes aprovecharon esta oportunidad para conocer el patrimonio jiennense.
    El coordinador de Art Jaén 2012, Juan Ramón Fernández Puñal, en su balance de esta iniciativa asegura que diariamente visitan las salas del Museo entre 300 y 400 personas, lo que supone unos 2.000 asistentes o más,  en los seis días de duración de la feria. Le satisface especialmente la presencia de familias enteras, desde niños a abuelos.  “Las obras son bastante admiradas y la gente tiende a la libre interpretación de las mismas”, explicita Fernández Puñal. Insiste, junto con David Martínez, encargado de la organización de la feria, ambos de la Galería Unodeuno, en la posibilidad de mostrar lo que los artistas jiennenses hacen, caso de Eleazar, Sotte o Ricardo Rocío Blanco. Comentan, asimismo, el carácter vanguardista de las obras y cómo en algunos casos buscan provocar efectos inversos, como el grafiti improvisado de Rollito X con símbolos neonazis o cristianos, que se manifiesta como ruptura con esas ideas, o las banderas negras de Mario Gutiérrez, que no son de luto, sino que tienen la función de tapar emblemas nacionales para defender un territorio sin fronteras.
    El objetivo de la feria, según su responsable, es aportar al público, es decir, facilitar el acceso al arte contemporáneo y mostrar los procesos creativos y las formas de construir. La califica de “muy instalativa, sutil y no escandalosa”. Recuerda la presencia de las intervenciones en la calle, y advierte: “Está dando que hablar positivamente”. Vuelve a insistir en su valor como “proceso que aporta conceptos y la importancia de hacer reflexionar aunque, sea solo unos segundos”.
    géneros y texturas. La ceramista jiennense Dioni Rodríguez, en su visita a la exposición, se muestra interesada por el original trabajo con bolsas de plástico de la polaca, residente en Cataluña, Monika Grygier en la galería Espiral. “La verdad es que en Jaén apetece algo así”, manifiesta y comenta que el ver muestras de este tipo le puede dar ideas para su trabajo y le resulta, sobre todo, bueno que haya trabajos creativos de otras ciudades y países.
    Monika Grygier comenta con Diario JAEN sus creaciones, hechas de polietileno fundido, y resalta cómo el arte es una buena forma de reciclar. Grygier trata de que las obras realizadas con bolsas de plástico de diferente color, al fundirlas queden endurecidas y como manchas cromáticas de pintura. Este trabajo forma parte del proyecto: “Franquicia de recursos limitados” y está inspirado en una labor de las mujeres africanas. Desvela que lo presentó hace unos días en Art Madrid y la acogida del público fue espectacular. Su orientación va hacia la invención de montajes tridimensionales “para que el espectador pueda entrar dentro y sentirla alrededor”, asegura. La instalación del jiennense Sotte está  vinculada al cine y a la fotografía. Su finalidad es establecer una relación entre película y vida. Lo de encontrarse el espectador ante el espejo se parece a la intencionalidad buscada por Velázquez en las Meninas, señala. Lo simbólico, el juego y la ironía quedan puestos de manifiesto al verse ante un espejo tras una fotografía de muertos. Elogia este formato de feria por ser “más honrada y fraterna” y potenciar a artistas que fueron descuidados por la crítica y que, como él, llevan varias décadas de trabajo. Se autodefine como “un artista de trinchera” y se queja del coto cerrado establecido a menudo en torno a la difusión del arte.