Una pasión de altos vuelos

Hace tres años, y prácticamente de casualidad, Antonio Juan Arjona descubrió una afición que cambiaría su vida: El aeromodelismo. Este tosiariano de 27 años, y propietario del bar El Nene, ha hecho de esta modalidad deportiva toda una pasión. El día que no se pone a los mandos de alguno de sus trece aparatos —entre aviones y helicópteros—, Antonio Juan Arjona pasa un mal trago hasta tal punto de que no pega ojo en toda la noche.

27 ago 2014 / 16:27 H.

“No paro de pensar en ello, ya sea en el vuelo o en que tengo que montar el motor o le falta una pieza al aparato”, dice acelerado. Su devoción por el pilotaje a pequeña escala le ha llevado a invertir importantes sumas de dinero, aunque no más que “los aficionados a otros deportes, como el ciclismo”, dice. Antonio Juan Arjona compra las maquetas prácticamente acabadas. Él solo se encarga del completarlas, de la puesta a punto y del mantenimiento. El aeromodelismo, para él, es una mezcla de adrenalina y afición. Hobby y deporte, que requiere habilidad y técnica constructiva.

De momento, sigue en plena fase de aprendizaje, aunque, según comentan sus compañeros del Club Alas de Jaén de Martos, es un alumno aventajado. Su sueño, como el de cualquier otro deportista, es llegar lo más lejos posible. Así, quiere algún día ser capaz de hacer figuras reservadas a los especialistas, como su gran ídolo Vicente Urbano. Las claves para hacerlo realidad, según él, son mucho entrenamiento y aparcar los nervios. “Ser muy constante, tener un poco de reflejos y tener mucha paciencia, así como dedicarle tiempo y disfrutar sobre todo”, asegura Antonio Juan Arjona. Invertidos, giros inverosímiles y vuelos a ras de suelo son la cara más compleja de una afición para sentirla al aire libre y a la que este tosiriano está enganchado. Además, en el aeromodelismo ha encontrado a “amigos de verdad”. “Somos como una familia, nos ayudamos los unos a los otros y el ambiente es fantástico”, destaca.

En el aeromodelismo existen muchas modalidades, pero Antonio Juan Arjona piensa a lo grande. Ya ahorra para adquirir un Ultimate o un caza F-16, aviones de gran envergadura y con motores superiores a los 50 centímetros cúbicos. “La sensación es increíble”, reconoce. Para ello, antes, deberá federarse y prepararse más a fondo si cabe para competir con los mejores.