Una pareja de Villargordo reclama el dinero de su hijo dependiente
Juan Rafael Hinojosa
La historia de los villargordeños Francisco Cañas y Estrella Cerezuela es descorazonadora. Ven cómo han perdido en una “estafa” los 300.000 euros procedentes de la indemnización por un accidente de tráfico que recibió la víctima, su hijo Juan Pedro, quien arrastra graves secuelas de salud.
La historia de los villargordeños Francisco Cañas y Estrella Cerezuela es descorazonadora. Ven cómo han perdido en una “estafa” los 300.000 euros procedentes de la indemnización por un accidente de tráfico que recibió la víctima, su hijo Juan Pedro, quien arrastra graves secuelas de salud.
La vida de una familia de Villargordo no es la misma desde el 14 de enero de 2000. Entonces, un accidente de tráfico, cuyo culpable nunca apareció, causó graves daños a Juan Pedro Cañas Cerezuela, hoy con 31 años. Su padre, Francisco, explica que a raíz del percance ha quedado en estado “semivegetativo”, de manera que requiere atención las 24 horas del día, aparte de unos gastos en medicinas y cuidados que superan los 3.000 euros al mes.
Ante el panorama, los 300.000 euros de indemnización que les correspondieron —una vez descontados los honorarios de los letrados— representaban para ellos una tabla de salvación para garantizar que, en un futuro, podrían costear la asistencia al dependiente. En este contexto, explica el padre, el Banco Santander les ofreció invertir el dinero.
El matrimonio apunta que ellos siempre creyeron que suscribieron con la entidad una especie de plazo fijo, sin riesgo alguno. No obstante, a finales de 2008 comprobaron que la suma se había destinado, a través de un “rocambolesco” sistema de operaciones, para los fondos del autor de uno de los mayores fraudes de la historia, el estadounidense Bernard Madoff. Por ello, los cónyuges se sienten “estafados” y “engañados” por la corporación que preside Emilio Botín.
Para Francisco Cañas, la situación es especialmente dolorosa porque, hasta ahora, el Santander ha ignorado todos sus intentos para reclamar los 300.000 euros vitales para el porvenir de su hijo discapacitado. De hecho, manifiesta que al no disponer de la cantidad pierde dos “trenes” para la mejora de su salud. Uno es un tratamiento basado en las células madre que se ofrece en Alemania y el segundo, otro con células de crecimiento existente en la comunidad gallega.
Por ese motivo, los Cañas Cerezuela creen al banco responsable de un daño a su familiar minusválido y llegan a hablar de “eutanasia lenta” de su ser querido. Lo acusan de cometer supuestas irregularidades y “chanchullos” como, por ejemplo, conseguir una declaración de patrimonio equivalente a un millón y medio de euros, algo desmesurado para sus bienes reales. Dicen que la entidad se aprovechó de su ingenuidad para dirigir el dinero, con una “maraña”, hacia productos de alto riesgo. Diario JAEN no pudo contactar con Banco Santander para conocer su versión.