Una nube de verano frustra la procesión del Carmen

En el mundo de la meteorología, no hay predicción que no sea susceptible de sufrir variaciones y deparar sorpresas. Y, precisamente, cuando ya coleaba una agotadora ola de calor a la que ni siquiera los expertos le veían el fin, una tormenta de verano frustró, ayer por la tarde, la procesión de la “más eclesial” de las advocaciones marianas, la de la Virgen del Carmen.

17 jul 2015 / 09:01 H.

Tras una eucaristía que, por primera vez, y a petición de la cofradía, estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo, alrededor de las ocho y media de la tarde, la imagen de la patrona de los marineros cruzó el umbral de la parroquia de San Juan ante la mirada de las decenas de fieles que se congregaban para verla.

Sobre un trono decorado con nardos blancos y claveles que soportaban los hombros de cofrades fervorosos, la imagen de la advocación más extendida en el mundo católico salió a la Plaza de San Juan sin protección alguna, ajena a los truenos que anunciaban la lluvia que iba a obligarla a recogerse antes de tiempo. Y es que la nube de verano que, inesperadamente, descargó sobre la capital fue más fuerte de lo previsto.

La imagen no había llegado ni a la calle Maestra cuando la junta de hermandad dio orden de acelerar el paso y retornar a la parroquia. Tomaron la Plaza de la Audiencia y siguieron por Martínez Molina en un itinerario deslucido en el que apenas había gente acompañando a la también conocida como Virgen del Mar.

A pesar de que la procesión es uno de los momentos más esperados de los cultos en honor de la Virgen del Carmen, esta tarde, a las ocho, tendrá lugar el oficio de honras fúnebres por los cofrades difuntos y, el próximo martes, día 21, se celebrará la solemnidad de San Elías, “profeta, modelo e inspirador de los Carmelitas”.

Previamente, desde el día 7 de julio hasta el pasado miércoles, tuvo lugar la tradicional novena en honor de la patrona de los marineros. En esta ocasión, la predicó el consejero de la Provincia Carmelita de Cataluña, Jordi María Gil Costa. Ese mismo día, para culminar la novena, se celebró la imposición infantil de escapularios y la ofrenda floral a la Virgen.