Una noche de simbiosis perfecta entre deporte y tradición

El deporte y la magia del fuego se funden de nuevo esta noche para ensalzar una de las tradiciones más arraigadas entre los jiennenses, la noche de San Antón. La carrera urbana, que ya alcanza este año su vigésimo sexta edición y las típicas lumbres convergen esta jornada en una cita esperada para la sana diversión y el disfrute de los amantes del atletismo. Alrededor de cinco mil personas se han inscrito este año en la popular competición que recorrerá las calles de la capital en dos categorías que simbolizan la fusión perfecta entre el deporte y la base. Este año se ha hecho un especial hincapié en incentivar la participación de los escolares, donde está sin duda la mejor de las canteras y, de personas con algún tipo de discapacidad, en una firme apuesta por romper cuantas más barreras mejor y desde todos los ámbitos posibles. Habrá ganadores oficiales, como no puede ser de otra manera, pero al final el triunfo será de todos y cada uno de los atletas, tanto profesionales como aficionados, porque con su aportación contribuyen a engrandecer una noche cargada de simbolismo. Después, cuando termine la competición y se paguen las antorchas que han acompañado a los deportistas en su recorrido, la capital se transformará en una tea viviente, con más de una treintena de hogueras al rojo vivo repartidas por los cuatro puntos cardinales. Es la fiesta de la convivencia, una ocasión perfecta para salir a disfrutar de un rato de charla y diversión, gracias al esfuerzo que realizan año a año los colectivos vecinales, auténticos motores de esta celebración. Al calor de la lumbre se degustarán palomitas, calabazas y se beberá vino en la bota, además de aprovechar para quemar todo lo malo que dejó el año pasado y empezar así el nuevo 2009 sin lastres. Para renovarse y afrontar los próximos meses que, a priori, se presentan especialmente complicados para todos.

    15 ene 2009 / 23:00 H.