Una metáfora de Europa

Hay pocas formas más eficientes de analizar el propio país que poner tierra de por medio. Parece que la distancia aclara la neblina sobre el acontecer diario. Es lo que sucede si aprietas el interruptor de la luz desde Italia, donde acaban de celebrarse dos procesos electorales: las generales han lanzado las 5 estrellas de Beppe Grillo; las municipales reflejan el hastío ciudadano, plasmado en abstención récord.

    29 may 2013 / 16:15 H.

    En España estamos a la espera de conocer con qué fórmula aparecerá ante los electores el movimiento 15-M, que no por su estado de semiletargo, dejará de estar presente. Se le espera de un momento a otro, en forma evolescente o wyomingiana, vaya usted a saber. Tampoco perdamos de vista la posibilidad de que aparezca un populismo de derechas, encarnado ora en Esperanza rediviva y milagrosamente respuesta, ora en caudillo poderoso, rehecho a base de pádel y personal trainning. Las resurrecciones y transfiguraciones siempre han sido muy del gusto de nuestra derecha. Y ya que no puede invocarse al yacente del Valle de los Caídos, habrá que conformarse con una copia adelgazada de Margaret Thatcher o con un neo-Bush de pectorales prominentes y tableta abdominal. Con tal de sacar a España del agujero “zapateril”. “¡Oh mía patria, silenta e perduta!”, clamaría Verdi, al ver cómo Berlusconi arrastra diez millones de voluntades, cómo la rica Italia del norte busca la manera de deshacerse del pesado fardo de las regiones del sur, empobrecidas por la emigración y las mafias, enfangadas en inmensos vertederos de basura. Andas por las calles de Palermo, apena ver cómo aún no se han reparado los efectos de los bombardeos sufridos por la ciudad en 1943. Total, solo han pasado 70 años. Pero donde la metáfora de la impotencia alcanza su culmen es al vagar por las calles de l’Aquila, al cumplirse 4 años del seísmo que hundió literalmente el centro histórico. Los 309 muertos no han sido argumento bastante para que hoy siga habiendo 20.000 personas fuera de sus casas. Inútil Europa que no es capaz de reparar la desgracia caída sobre unos miles de ciudadanos. L’Aquíla, una triste metáfora de la Europa de los mercaderes. ¡Pobre Verdi!

    Francisco Zaragoza es escritor