Una madre compuesta y sin boda
Antonio Heras / Jaén
Rosalía Pancorbo se quedó compuesta y sin la boda de su hija. ¿El culpable? Un ascensor averiado del Ayuntamiento, donde se celebró el enlace civil. Varios familiares presentaron una queja, ya que se avisó con meses de antelación de la urgencia de repararlo debido a que la madre está en silla de ruedas.
Rosalía Pancorbo se quedó compuesta y sin la boda de su hija. ¿El culpable? Un ascensor averiado del Ayuntamiento, donde se celebró el enlace civil. Varios familiares presentaron una queja, ya que se avisó con meses de antelación de la urgencia de repararlo debido a que la madre está en silla de ruedas.
Se dice comúnmente que la boda de un hijo es, para la madre, uno de los acontecimientos más importantes de su vida. Sin embargo, Rosalía Pancorbo no pudo asistir a la ceremonia civil de su hija, celebrada en el Ayuntamiento, ya que está en silla de ruedas y el ascensor que debía transportarla hasta la planta de arriba, donde se encuentra el salón de plenos —utilizado para estos menesteres— está “averiado”, según se puede leer en el cartel pegado en sus puertas.
“Hace dos meses que nos dijeron que la boda era para hoy y, ya entonces, estaba el ascensor estropeado”, explica Paqui Muñoz, una de las familiares invitadas a la unión. “Así que los novios pidieron ese mismo día que se arreglara el ascensor sin falta pero, no conformes con eso, el día anterior a la boda volvieron a acudir hasta el Ayuntamiento para cerciorarse de que se había solucionado”, informa Muñoz. Sin embargo, el aparato seguía averiado. “Pidieron otra vez que se arreglara con urgencia para la boda, y los del Ayuntamiento, como siempre, dando largas, diciendo que es que no venía el técnico aunque estaba avisado”, lamenta Muñoz.
Así, llegó el día de la ceremonia civil. Acudieron los invitados antes de las doce del mediodía y, entre ellos, uno de los más importantes, la madre de la novia, ayudada por su hijo Antonio Martínez. Los peores presagios se hicieron, entonces realidad. “Se encontraron con que no había ningún acceso, que el ascensor seguía sin funcionar y que la única solución que ofrecían los trabajadores del Ayuntamiento era subirla en brazos”, comenta la familiar. “Pero ella es una persona con un miedo atroz, minusválida, y que además pesa bastante”, explica Paqui Muñoz que, para más inri, tampoco pudo asistir al enlace celebrado en el salón de plenos ya que llevaba a su bebé en un carrito que le impedía, igualmente, subir “cuarenta y tantos escalones”. Así las cosas, no solamente la progenitora de la novia faltó a la ceremonia sino, también, varios invitados de edad avanzada que no se “atrevieron” a subir por la escalera y padres con los carritos de bebé como la propia Paqui Muñoz.
“Imagina cuando la novia ha visto que su madre no iba a poder estar en su boda por un ascensor estropeado”, declara Muñoz. “Pues ha pasado un día ‘estupendo’”, ironiza con amargura.
Tanto Paqui como, al menos, otros dos familiares invitados al enlace e indignados ante este hecho presentaron, al tiempo que esperaban a que terminase la ceremonia, una queja ante el registro del Ayuntamiento. “Aunque nos han dicho que de poco iba a servir, que el ascensor llevaba más de dos meses en esa situación y sin vistas de cambiar”, lamenta.
“Para un Ayuntamiento, que no haya acceso para una persona con silla de ruedas es algo que no se puede consentir hoy día”, resume, indignada, esta familiar.
explicaciones. Por su parte, fuentes municipales consultadas por este periódico han asegurado que el equipo de Gobierno de la capital está “exactamente igual de indignado que los invitados a esta boda”. “El ascensor no está roto, lo que pasa es que el PSOE e IU dejaron a deber cuarenta mil euros a la empresa que lleva su mantenimiento. Por tanto, esta compañía dejó de realizar las revisiones pertinentes y, en esta situación, el ascensor no puede ponerse en funcionamiento”, concluyen desde el gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de la capital.