Una jiennense salva su vida en el naufragio del Costa Concordia

Rafael Abolafia / Jaén
La tosiriana Alicia Torrevejano estaba a bordo del Costa Concordia, el crucero que naufragó el viernes 13 en las aguas del Mediterráneo. Viajaba con su marido y su hijo. Los tres lograron alcanzar la tierra de la isla de Giglio en un bote salvavidas: 'Fue horroroso. Nadie nos ayudó para salir del barco', rememora.

    24 ene 2012 / 09:44 H.

    La joven descansa estos días junto a su familia en Torredonjimeno. Intenta olvidar de su memoria lo que sabe que recordará toda la vida, porque sufrió en sus propias carnes la tragedia del Costa Concordia. Alicia Torrevejano, su esposo, el empresario hindú Chiku Tripathi, y el hijo de ambos, de tan solo dos años, iban a bordo cuando escucharon “un golpe fortísimo”: “Mi marido estaba cenando y yo estaba en el camarote, cuidando a mi niño, que estaba enfermo. La luz se apagó y los objetos de la habitación se cayeron al suelo”, relata.
    Minutos después, su esposo logró llegar hasta la habitación. Los tres se pusieron los chalecos salvavidas y salieron al pasillo, iluminado solo por las luces de emergencia y repleto de desconcertados pasajeros. Mientras el barco, poco a poco, se iba tumbando de forma progresiva: “No podíamos ni andar”, explica Alicia, que recuerda que por los altavoces del Costa Concordia una voz pedía tranquilidad y explicaba que solo se trataba de “un fallo del generador”.
    Con muchísimas dificultades, la familia pudo llegar a las plantas bajas del trasatlántico, donde estaban los botes salvavidas. “Nadie nos decía nada. Estábamos solos y desamparados. No sabíamos qué hacer o dónde dirigirnos”, explica, con angustia. Finalmente, los propios pasajeros se organizaron para subirse a las lanchas y poder llegar a la isla de Giglio, situada a menos de un kilómetro del lugar en el que encalló el barco. “Los propios trabajadores del crucero nos dijeron que las instrucciones que tenían era sacar el dinero que había en el casino. Los pasajeros estábamos abandonados. Fue algo de locos”, aclara. Durante dos horas “angustiosas” estuvieron a bordo del Costa Concordia mientras se hundía.
    Solo con lo puesto y sin ropa de abrigo, Alicia Torrevejano y su familia fueron acogidos esa noche por una pareja italiana en su casa: “Nos trataron estupendamente”. Sin pasaportes, sin documentación y sin dinero (“nadie hace la maleta cuando se hunde un barco”), regresaron a España el domingo, dos días después del naufragio. Desde entonces, se recuperan del susto en Torredonjimeno, donde la familia pasa seis meses al año (los otros seis están en la India). “Estamos hablando de que, al menos, han muerto trece personas. Es algo terrible”, concluye.